Me reconocerán, queridos lectores, que algo no funciona en las universidades españolas si están a la cola de Europa, lo mires por donde lo mires; sea en el ranking Shangai, o en el QS World University.
Mis experiencias de los últimos años con las universidades son agridulces. Por una parte, siempre me han tratado muy bien en las diferentes charlas y ponencias que he impartido, pero la casi total desconexión de la comunidad universitaria con el mundo empresarial y la sociedad civil me hace tener una percepción negativa sobre su respuesta a las necesidades formativas de nuestros futuros profesionales.
Hasta aquí la dosis justa de crítica, no quiero seguir haciendo sangre sobre un tema sobre el que hay unanimidad en los foros empresariales y directivos que frecuento. Hoy vengo a aportar una luz de esperanza, y gritar bien alto que no todo está perdido.
La necesidad: ‘enólogos de datos’
La incipiente industria del Big Data necesita profesionales muy experimentados en el manejo de esos grandes conjuntos de datos, necesita enólogos de datos. Os recuerdo que la Harvard Business Review lo considera el oficio más atractivo del siglo XXI. A esos profesionales hay que formarlos en su oficio, deben tener profundos conocimientos informáticos y estadísticos, porque estas dos disciplinas forman los cimientos del Big Data.
INdat, pioneros en la Universidad en España
Para cubrir esa necesidad, la Universidad de Valladolid se ha convertido en pionera en España en formación de profesionales en Big Data, creando la Ingeniería de Datos (INdat), una carrera universitaria que combina, precisamente, estadística e informática. Repito: pionera en España.
El primer año de INdat no puede ser más esperanzador: las aulas llenas, captando a algunos de los alumnos más brillantes (incluso provenientes desde Canarias).
Agradezco a Ricardo Josa sus explicaciones, su tiempo, café mediante, y su entusiasmo que transmite con la iniciativa INdat.
Y en el instituto, ¿qué?
Bajemos un escalón en el proceso formativo: nuestros chavales pre-universitarios necesitan las nociones básicas para saber interpretar los datos que nos bombardean. En el actual bachillerato científico-tecnológico hay ausencia casi total de formación estadística (sorprendentemente, los contenidos estadísticos se eliminaron de los programas lectivos a finales de los 90).
Esperemos que la tan criticada LOMCE, con los contenidos aún sin cerrar para secundaria y bachillerato, vuelva a incluir formación en estadística. La esperanza siempre nos queda.
La industria debe apoyar
Dicen algunos que a los pioneros se los suelen comer los indios. Pero los amigos de INdat no están solos en su aventura. Tienen nuestro apoyo para defendernos juntos contra los indios. Sirvan estas líneas como mi contrato de apoyo a INdat, aunque por supuesto interesado.
Interesado en poder disponer, como parte de la industria Big Data, de profesionales que sean capaces de hacer hablar a los datos, con el rigor y la brillantez que requiere uno de los mayores retos tecnológicos y empresariales del siglo XXI.
Totalmente de acuerdo Emilio. Y agradecido por descubrir gracias a tu artículo la iniciativa Indat. Que los datos hablen, es muy necesario, que no se manipulen, imprescindible.
Gracias por tu comentario, Rubén. Desgraciadamente, intentar manipular los datos es un comportamiento habitual. La cultura y la educación nos forman para evitar que nos manipulen, con lo que cualquier iniciativa en este sentido será bienvenida.