Lo habitual es que nos gusten más las personas que se parecen a nosotros, bien porque opinan de manera similar, bien porque compartimos rasgos de la personalidad, porque tenemos estilos de vida iguales o porque poseemos un pasado común.
Está demostrado que si somos capaces de imitar el comportamiento de nuestro interlocutor en el humor, la expresión verbal o la postura corporal durante una negociación, nuestro poder de persuasión se incrementará de manera decisiva.
Luisa Alcalde: El nuevo consumidor 5.0
El internet de las cosas, la inteligencia artificial, el blockchain y realidad aumentada son tecnologías que más influirán…
Hola Luisa:
Estoy de acuerdo con tu exposición y básicamente con el contenido por lo ¡elemental!. ¿Que pasa? cuando lo que estamos pretender vender es basura, y los interlocutores se asemejan al vendedor (en las características). Ahora entiendo por que ha habido tanta mayoría años anteriores, que nos han hecho comer tanta “basura”, por que el vendedor que hizo la operación se asemejaba al público que le escuchaba.”en lo político” me refiero, y en lo otro también.
Haber si sabemos escuchar al que no sea ni parecido a nosotros, pero que sea portador de ideas positivas, constructivas encaminadas al progreso personal y social, pero siempre, como no puede ser de otra forma, con respeto para el portador de dicho producto.
Sigues mejorando, como el buen vino.
Un saludo.
Hola, Julián:
Creo que tú te refieres a la manipulación, de la que yo he huido en mi exposición, pero que efectivamente es muy frecuente.
En estos casos, no queda otra que acrecentar el espíritu crítico que, por otro lado, es preciso alimentar siempre.
Muchas gracias por tu comentario y participar en este videopost.
Un abrazo.