Todos los que estamos en el mundo de la empresa nos encontramos con diferentes propuestas de crear nuevas sociedades que en algunos casos pueden llegar a ser de nuestro interés. En ese caso, os aconsejo varios aspectos a tener en cuenta cuando vamos a constituir una sociedad en la que hay más partes implicadas.
Los socios pueden llegar a ser (deben llegar a ser) grandes impulsores de nuestro negocio, compañeros ideales de viaje e incluso piezas claves para alcanzar los objetivos de la nueva empresa, pero si en los inicios hacemos las cosas mal, podríamos provocar que sea todo lo contrario, incluso hasta causar el fracaso de la sociedad, amén de problemas serios que pueden llegar a afectar a niveles del todo dignos de echarse las manos a la cabeza.
Desde hace algún tiempo y a raíz de mis experiencias en este tema, acostumbro a recomendar en mis conferencias para los casos en los que se haga una nueva sociedad con varias partes en su accionariado: “firma contratos con tus socios como si fueran tus peores enemigos y de esta forma conseguir que siempre sean tus amigos”.
Cuántas veces nos encontramos frases por parte de los que quieren ser nuestros socios tipo: “No hombre, entre tú y yo no hace falta firmar nada”, “me vale con la palabra, nos damos la mano y es más que suficiente” u otras parecidas que intentan evitar que se cumpla lo que mi abuelo siempre decía: “se acuerda con señores, pero se firma como caballeros”.
Cuando en la empresa todo va bien, genial. Pero; ¿y cuando comienzan los problemas?, ¿o cuando aparecen diferencias entre socios? O tenemos todo firmado y bien firmado o nos viene un serio problema encima.
No sería la primera vez que en una sociedad no se alcanzan los objetivos previstos, la empresa entra en pérdidas y eligen a uno de los socios para que sea el que pague el pato, incluso con denuncias o acusaciones de máxima gravedad. Para que esto no suceda y por experiencia personal, no debemos olvidar las exigencias que hay que firmar con todos los que queremos que sean nuestros socios.
No debemos fiarnos lo más mínimo. A la hora de crear los contratos para firmar entre todas las partes, tenemos que ser más que exigentes y extremadamente desconfiados y de esta manera tener la seguridad de que al menos el papel nos puede salvar de posibles problemas que, como he comentado, pueden llegar a ser altamente perjudiciales y dignos de una película de ciencia ficción. Efectivamente, cuando estos problemas suceden, pueden solucionarse en un juicio, donde el acusado puede demostrar su inocencia. El problema puede estar cuando el juicio no se celebra por algún motivo o éste se alarga y tarda excesivamente con su correspondientes inconvenientes y/o problemas para el implicado.
Resumiendo, recomiendo para el momento de constituir una nueva sociedad:
– Saber elegir muy bien a los socios.
– No asociarse con nadie que tengamos claro que poco va a aportar, aunque nos abrume con buenas palabras e intenciones.
– Firmar exigentes contratos con nuestros socios, siempre poniéndonos en el peor de los casos y de la mano cada uno de su abogado.
– Tener reuniones y consejos de administración lo más regulares posible.
– Cortar los problemas de raíz cuando éstos aparezcan, sin esperar a que se hagan más grandes y puedan enquistarse.
Muy bueno.
Yo lo resumiría en dos frases:
1- Encontrar socio es tan difícil como encontrar a tu marido/mujer para toda la vida.
2- Los negocios que empiezas con amigos, acaban en abogados, y los negocios que empiezan en abogados, acaban en amigos.
Efectivamente encontrar a los socios ideales se puede comparar con encontrar tu pareja ideal. Te puede hacer feliz o te puede desesperar.
En este caso, aprovechando la comparación, me enorgullece decir que nada he hecho mejor en mi vida que encontrar al mejor “socio” que pueda encontrar; a mi mujer Elena (si no lo digo reviento!).
Me encanta lo que escribes; Los negocios que empiezas con amigos, acaban en abogados, y los negocios que empiezan en abogados, acaban en amigos.
Con tu permiso, lo emplearé en alguna de mis conferencias.
Muchas gracias y un saludo.
A tu disposición,
Alfonso.-
Alfonso, he sido alumna tuya y siempre es un placer contar con tu experiencia.
Si nos equivocamos no es poque no sepamos la teoría, es porque realmente es muy dificil elegir o que te toque un socio bueno, aunque yo en este tema llevo casi 25 años y el balance es muy positivo.
espero seguir aprendiendo y conseguir los mismos exitos que tú en la venta online.
muchas gracias por compartir estos conocimientos
Muchas gracias por participar en el blog y espero que mis clases hayan sido positivas para tu día a día.
Tienes toda la razón!. Es realmente complicado dar con los socios correctos y no sabes lo que te puedes llegar a encontrar.
Precisamente por este motivo, tenemos que obligarnos a firmar contratos que nos puedan llegar a “blindar” posibles problemas entre los socios…
Bajo mi punto de vista y en todos los casos, debemos de ser MUY DESCONFIADOS, de esta forma tendremos la seguridad que todos los posibles problemas estarán plasmados en el documento que hemos firmado en los inicios de la actividad y será la manera de blindar posibles problemas y no caer en los típicos; “tu me dijiste…”, “Esto lo hablamos al principio y ahora dices que no es así…”, etc.
Te animo a que asistas al taller que EXCAL imparte este viernes sobre venta online. Participo junto al PEDAZO DE EMPRESARIO Alfonso Jiménez, Presidente de Cascajares.
Un abrazo y muchas gracias por tu comentario.
A tu disposición.
Alfonso.-
¡Buen recordatorio!. Cada vez es más frecuente/necesario tener socios “no familiares” en nuestras actividades empresariales. Sin poner ningúna objeción a lo indicado, apuntar que como siempre, por muy atado que quieras dejar todo, siempre hay algo que se escapa. “La realidad supera la ficción”. Conocer y cumplir con la regulación societaria es un elemento importante para evitar problemas desagradables.
Hola Santiago,
Completamente de acuerdo con lo que dices.
Los datos de conflictos entre empresas que se han creado entre familiares y/o amigos, son aplastantes…
Un gran amigo, fortísimo y veterano empresario con el que he tenido la suerte de trabajar en varias ocasiones y con el que he aprendido muchísimas cosas, siempre me decía; “Alfonso, nunca contrates a nadie que te impida dar un golpe encima de la mesa…”.
Lo que este SEÑOR (con mayúsculas) quería decirme, es que cuando trabajas con gente con los que tienes compromiso, puedes perjudicar la toma de decisiones en general.
Muchas gracias por tu participación.
Alfonso.-
Suelo leer lo que escribes y como siempre unos consejos muy buenos y prácticos , Un placer leer tus artículos y agradecerte lo que nos enseñas . Un saludo
No he tenido la suerte de ser tu socio, pero si de coincidir contigo de manera profesional y por lo que he visto en nuestra relación profesional y creo que es una de las cosas que deberías tener en cuenta, incluso escribir algo referente a esto, es que en algunas de tus sociedades eras tu quien tirabas de carro y cuando te has jartado de hacer el primo y has puesto los puntos sobres las íes, ha sido cuando te han venido los problemas, eh?
Hay mucho cara duro Alfonso, pero mussso , mussso
Gracias por tus publicaciones
Uno al que saludas algún martes en Madrid