Cuando uno termina un año, le gusta hacer balance de los proyectos ejecutados, de las acciones acometidas, incluso de los sueños cumplidos. En mi caso, hace unos días reflexionaba sobre los mejores restaurantes en los que había tenido el placer de comer en 2010, balance que ahora quiero compartir con vosotros.
Sin duda, en el primer lugar tengo que situar a El Bulli, donde disfruté muchísimo con un menú impecable basado sobre todo en pescados y mariscos -mi debilidad-, con varios platos marcados por influencias japonesas, peruanas y mexicanas que llegaron a emocionarme. El genial Ferran Adrià convierte la gastronomía en un arte en el que la experiencia sensorial se acentúa especialmente. El dominio absoluto de infinidad de técnicas innovadoras, junto con el sentido del humor que aplica a sus platos y que consigue obtener la sonrisa sincera del comensal, son otros de los recuerdos imborrables de esta maravillosa comida.
Otra experiencia sorprendente fue la estancia en Diverxo, con elaboraciones siempre bien ensambladas pese a la variedad de materias primas que utiliza el joven David Muñoz, llamado a recoger el testigo de los grandes cocineros españoles. El recetario de Diverxo hace honor a su nombre, porque lo diferente, los sabores exóticos se unen con otros productos más reconocibles y propios de nuestra despensa ibérica para conseguir platos que rayan la genialidad. Notas de la cocina china, nikkei o malaya se mezclan con otras propias de la gastronomía marinera de la cornisa cantábrica o de la coquinaria canaria. Un viaje exótico y divertido, que no deja indiferente a nadie.
Del pasado 2010, también destacaría una cena muy especial en el restaurante DOM regentado por el cocinero más prestigioso de Brasil, Alex Atala, donde tuve la oportunidad de degustar un menú muy acertado para obtener una idea general de esta cocina que rescata alimentos autóctonos del país sudamericano con sabores desconocidos para paladares occidentales y en la que también se perciben las reminiscencias de otros recetarios como el italiano o el portugués.
En fin, un buen trío de ases ¿no les parece?