Ayer conocí a una persona socialmente responsable -y digo bien, conocí, porque había coincidido con ella en un par de ocasiones con anterioridad y había intuido parte de su personalidad, pero ignoraba su experiencia vital-. Lo que quiero decir es que esta persona lleva impreso en su ADN la responsabilidad social, por eso consiguió poner los ejemplos clave para hacer entender a un auditorio más o menos escéptico que los comportamientos éticos y el buen gobierno de las compañías no son sólo monopolio de las grandes empresas, sino que se pueden implementar también entre las pymes y los autónomos, porque no se trata de filantropía, sino de mantener una actividad sostenible que incremente la competitividad de los negocios y genere beneficios.
Se llama Montserrat Tarrés y ha estado vinculada a la RSC desde su juventud. Es la vocal de Responsabilidad Social Corporativa de la Asociación de Directivos de Comunicación y a su vez es directora de Comunicación del Grupo Novartis. Y aunque estoy segura de que la organización a la que pertenece le ha ayudado a poner en práctica políticas de compromiso ético, no me cabe duda de que su personalidad solidaria y sus vivencias personales le han servido para potenciar esta actitud intrínseca de responsabilidad en su corporación.
Montserrat Tarrés dice que el destino le ha regalado varias oportunidades, pero yo, que creo poco en el determinismo, más bien pienso que es ella la que se fabrica casi a diario distintas vidas coloreadas con la mezcla de los pinceles que le marca su sensibilidad. Sensibilidad que se traduce en proyectos como haber liderado durante años la comunicación del Centro Nacional de Transplantes, donde enseñó a muchos médicos de nuestro país pionero en esta práctica cómo deben trasladar a los familiares de un fallecido la dura noticia de su muerte y conseguir la donación de sus órganos; no en vano el laboratorio farmacéutico de Novartis patentó un medicamento crucial para evitar el rechazo en los transplantes, lo que supuso un avance fundamental en el éxito de este tipo de operaciones.
O por poner sólo otro ejemplo, su implicación en Interlife, un proyecto de partenariado público privado entre Novartis y el Hospital Nacional de Kenia, cuyo objetivo es el desarrollo de un centro de excelencia en transplante renal en Nairobi, mediante la formación de profesionales sanitarios por parte de reconocidos expertos españoles, que se ha visto recientemente recogido de forma muy gráfica en un libro de cuidada edición, ideado por Montserrat.
Herramienta de RSC para las empresas
Por eso nadie mejor que ella para explicar ayer en Valladolid durante la presentación de la herramienta 2R creada por Dircom y Villafañe Asociados para evaluar el grado de integración de la RSC, que la Responsabilidad Social Corporativa no es una utopía, que a buen seguro muchas pymes ya aplican algún de los múltiples parámetros que mide este instrumento y quizás ni siquiera lo sepan, como por ejemplo las políticas de conciliación familiar; pequeñas actuaciones que refuerzan una voluntad de ser responsables, indispensable para llegar algún día a cumplir esos máximos de calidad que persigue esta herramienta.
Al final, tuve la sensación de que todos los asistentes al acto, en el que también estuvieron presentes Sebastián Cebrián, director general de Dircom, Isabel López, socio de Villafañe Asociados, y yo misma como responsable de la delegación de la Asociación en Castilla y León, se fueron convencidos de que la actitud responsable es innata a la gente de bien, como me dijo un amigo directivo del sector financiero: “si mi comportamiento como persona siempre ha sido ético, no tengo porqué dudar de que sabré aplicar la RSC a mi negocio”.
En este mismo sentido, Isabel López rompió una lanza a favor de las pymes explicando que el 85% de empresas que en nuestro país tiene menos de cinco trabajadores son seguramente las que mayor comportamiento responsable han demostrado a lo largo de toda esta crisis. Y como colofón, Cebrián apuntó que la RSC también es aplicada por los autónomos que defienden su puesto de trabajo y además han sido capaces de generar empleo en esta complicada coyuntura, lo que supone participar activamente en el desarrollo económico de su comunidad.
