Cuando se habla de empresa familiar, a veces se comete el error de asimilar este tipo de compañías a empresas pequeñas, poco profesionalizadas y con escasa vocación de crecimiento. Pues nada más lejos de la realidad. Las empresas familiares están en un proceso continuo de mejora competitiva que, en algunos casos, las convierte en empresas líderes en su sector capaces de competir con las más importantes multinacionales.
Y como muestra, el Grupo Alibérico. Hace escasas fechas esta empresa familiar, propiedad de la familia González Armero, y con profundas raíces en Castilla y León, realizaba un movimiento estratégico de relevancia al nombrar a Rosa García como nueva consejera delegada de la compañía. No es un simple nombramiento. Se trata de un mensaje unívoco hacia los stakeholders de la compañía sobre la apuesta decidida de la familia propietaria por convertirse en una empresa industrial referente a nivel internacional. Una empresa familiar multinacional, nada menos.
La compañía presidida por Clemente González Soler rompe de este modo con una de las barreras más difíciles para la empresa familiar: la contratación de talento al más alto nivel. En ocasiones, los techos de crecimiento no se encuentran en la financiación o en el propio mercado, sino en la tremendas dificultades de las empresas familiares en competir con los monstruos internacionales tanto en el aspecto económico como para las contrataciones de CEOs y directivos de nivel. Pues en el Grupo Alibérico tenemos el ejemplo de que las empresas familiares son más que capaces y también pueden competir en el reto de atracción del mejor talento y poder contar así con los mejores profesionales posibles.
Tecnología e industria 4.0
Tecnología e Industria 4.0 son los retos de esta nueva etapa del Grupo Alibérico. Son los objetivos que la empresa ha priorizado para lograr la competitividad adecuada de cara a la mayor internacionalización de esta compañía, que ya está presente en más de 70 países y que no se conforma con el crecimiento alcanzado. Las más de 100 patentes y marcas propias reflejan el claro ADN innovador de una empresa que ya es referente en mercados como el de la farmacia, edificación, transporte, alimentación o energía.
El nombramiento de Rosa García también supone un refuerzo estratégico en el gobierno corporativo del Grupo Alibérico, que profesionaliza aún más la empresa hacia el reto del proceso de transición generacional.
No tengo dudas de que esta importante noticia contribuirá al desarrollo y crecimiento de la empresa y le facilitará el liderazgo en un sector tan importante como la industria del aluminio.