La semana pasada fueron firmados dos acuerdos entre el Gobierno regional y el principal partido de la oposición y entre el Ejecutivo Herrera y los sindicatos y Cecale. No es el objeto de este comentario entrar a valorar el contenido del mismo, sino realizar una reflexión sobre el hecho en sí mismo. Mejor dicho, dos:
En primer lugar, hay que destacar el aspecto positivo del mismo. En una situación de crisis económica como la que estamos sufriendo, sumada a una no menos importante crisis institucional en el país, es de valorar que Castilla y León haya sido un ejemplo de diálogo y acuerdo en todo el país la semana pasada. Es lo que los ciudadanos esperamos, más bien exigimos, de los líderes políticos que nos representan. Que se pongan de acuerdo en las cosas importantes sin duda es positivo.
La segunda reflexión es más crítica. ¿Por qué no lo hacen más a menudo? Está comprobado que cuando quieren, pueden. Pues entonces, deberían hacer el mismo ejercicio en otras cuestiones estratégicas para el futuro de los ciudadanos. ¿Se imaginan un gran acuerdo de futuro para la educación? ¿o en materia de sanidad?, ¿o sobre las pensiones?. A mí me cuesta imaginarlo, pero no tanto soñarlo. La imagen de la región y el país, en su caso, sería espectacular. Existiría más autoconfianza y conllevaría una implicación de todos los ciudadanos en un proyecto común. Ni que decir tienen que otra consecuencia esencial sería la imagen que proyectaríamos hacia el exterior, especialmente hacia nuestros socios europeos. Estarán conmigo que, mientras tanto, es difícil que nos entiendan y ayuden cuando nuestra casa la tenemos sin barrer.
En conclusión, debemos llegar a grandes acuerdos para salir de ésta (véase el ejemplo de Suecia en los años 90) antes de que otros los hagan por nosotros. Visto lo visto, a lo mejor no sería tan malo. Como le escuché a un gran empresario de esta tierra hace unas semanas: “mejor será que nos manden los que sepan”.
Los acuerdos y pactos tienen como finalidad el bien general, por encima de ideologías partidistas, son siempre buenos.
Castilla a lo largo de la historia ha dado sobradas muestras de saber hacer las cosas correctamente, siempre mirando el bien de España, hoy tenemos en pantalla una serie televisiva llamada Isabel, seguro que de ella se pueden sacar buenas conclusiones; pues lo que está ocurriendo en nuestro país, ya ocurrió en otras ocasiones. Contra la ruptura del España, siempre respondió Castilla de forma contundente, ¡que no sea demasiado tarde!. Ahora queda que las “palabras se acompañen de hechos, por que de no ser así, las palabras solas no son valen nada.