Extracto del discurso pronunciado en el acto de los VIII Premios Castilla y León Económica.
Hoy quiero destacar el esfuerzo de la sociedad civil para abstraerse del lodazal de la actualidad informativa y centrarse en seguir con su trabajo diario. Y el mejor reflejo de esa entrega son los empresarios y directivos que todavía luchan por mantener a flote sus negocios y seguir creciendo. Como muestra de ese reducto de héroes, tenemos a las 97 candidaturas presentadas a los VIII Premios Castilla y León Económica, lo que demuestra, por una parte, el dinamismo de nuestra clase empresarial, y por otra, el prestigio de estos galardones, como queda reflejado que en estos 8 años se han presentado 657 proyectos, es decir, 657 iniciativas que contribuyen a crear riqueza y empleo en esta región.
Estos premios se constituyeron en 2007, un año que quedará marcado con fuego en nuestra frágil memoria. Desde entonces, a muchos nos parece que estamos viviendo en un parque de atracciones, no porque nos estemos divirtiendo, sino porque hemos estado bajando por toboganes y subiendo a una noria. Cuando uno lee las previsiones macroeconómicas, ya no sabe qué pensar pues Europa ya ha conocido 2 recesiones y algunas voces, como el Fondo Monetario Internacional, advierten que corremos el riesgo de registrar una tercera recesión. Sin embargo, nuestros gobernantes son más optimistas y prevén que la economía de Castilla y León crecerá un 2,1% en 2015.
Enfriamiento
Después de que la crisis ya lleva instalada casi 8 años en algunos sectores, como es el caso de los medios de comunicación, seguimos en la encrucijada, con luces pero todavía con muchas sombras. La Unión Europea, que es la zona a la que destinamos la mayor parte de nuestros productos y servicios, no logra mantener una senda estable de crecimiento con una Francia y una Italia que presentan una debilidad estructural. Este nuevo enfriamiento de la economía europea puede frenar nuestras ventas exteriores, que han sido la tabla de salvación de la economía española, y por supuesto, de la economía de Castilla y León, para compensar la apatía de un mercado interno lastrado por la aún elevada cifra del paro.
Además, en 2015 tenemos un escenario marcado por ser un año electoral con el serio peligro de aprobarse medidas de cara a la galería para convencer a los electores incautos; las tensiones con los insaciables nacionalismos bravucones ante la débil respuesta de un Estado contemplativo; una corrupción galopante más propia de un sistema caciquil decimononico; y el auge de alternativas políticas basadas en el populismo que gana adeptos entre el cada vez mayor número de huérfanos que dejan los partidos mayoritarios en una España marcada por el creciente cabreo de una población a la que se exigen muchos sacrificios y a cambio observa casos de latrocinio institucional.
Optimismo
Pero Castilla y León también ofrece síntomas para el optimismo, como las multimillonarias inversiones comprometidas por el sector del automóvil, con una inversión global de 1.300 millones en 6 años; el dinamismo de un sector agroalimentario cada vez más volcado en los mercados exteriores; la amplia oferta de turismo de interior; la tímida creación de empleo; o el mayor número de empresas exportadoras.
De hecho, y este es un dato bastante desconocido, según estudios independientes, Castilla y León es una de las regiones menos afectadas por la crisis ya que el Producto Interior Bruto acumuló una caída del 5,4% en el período 2008-2013 frente al descenso del casi el 7% de la media española. Como dice el aforismo del filósofo Miguel Catalán: “mal de muchos, consuelo de malos”.
Pero os recuerdo que aún se mantienen muchas incertidumbres y sé que no es políticamente correcto cargar las tintas sobre las dudas que aún permanecen en nuestra economía, y menos en un año electoral. A partir de ahora vamos a escuchar muchos mensajes optimistas, pero hay que ser precavidos.
Esta coyuntura de inseguridad también es un buen momento para reinventar los negocios, y eso es lo que hemos hecho en Castilla y León Económica. Desde hace casi 2 años, nos consideramos un medio de comunicación centrado en dar servicios a sus clientes, por eso nuestro eslogan es Facilitamos negocios entre empresas. Por supuesto que seguimos publicando noticias en nuestra revista, en nuestra web y en los perfiles de nuestras redes sociales, donde sólo en Twitter contamos con alrededor de 6.600 seguidores, pero queremos ir más allá con nuestra labor periodística. Lo que queremos hacer es aprovechar nuestra amplia red de contactos para que los empresarios y directivos se conozcan y hagan negocios entre ellos, porque cuanto mejor le vaya a un cliente nuestro, obviamente, mejor nos irá a nosotros.
Organización de eventos
Insisto, queremos ir más allá de nuestra labor periodística para facilitar los negocios entre las empresas. Y para ello, al margen de divulgar la actualidad empresarial, estamos organizando una serie de eventos para dar a conocer la gestión de las empresas con éxito, analizar temas interesantes para los negocios y poner en contacto a los diferentes empresarios y directivos. Como reflejo de esa nueva estrategia, vamos a cerrar 2014 con la organización de 15 actividades, entre las que se incluyen jornadas, gastroeventos, encuentros con personalidades del mundo financiero y empresarial y los dos galardones que tenemos en marcha, como son los Premios Castilla y León Económica y los Premios al Mejor Directivo de Castilla y León, que organizamos este año por primera vez con notable éxito.
Quiero destacar la gran acogida de estos actos por los que han pasado más de 3.000 personas, algo que no podríamos conseguir sin vuestro apoyo, así que muchas gracias por participar en las actividades de Castilla y León Económica, porque como os he dicho, además de informar, nos encanta facilitar los negocios entre las empresas.
No quiero finalizar mi discurso sin volver a agradecer vuestra presencia en este evento y, sobre todo quiero agradecer, una vez más, el apoyo dado a Castilla y León Económica por parte de nuestros lectores, internautas, suscriptores y anunciantes. Sin vosotros, de verdad, no podríamos seguir adelante.