El salmantino Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola, nos sorprendió el pasado día 19 de febrero al organizar en Londres la conferencia de prensa sobre los resultados de la compañía en 2013, cuando hasta ahora siempre se había celebrado en Bilbao, donde se ubica la sede de la empresa.
Con esta puesta en escena no trataba de impresionar a los periodistas, pues los que salíamos de Valladolid tardamos más de 20 horas en el viaje entre ida y vuelta, sino lanzar un mensaje bien claro. España cada vez tiene menos peso en la empresa y cada vez es menos atractiva para invertir.
El ejecutivo reconoció que se pasa el 90% de su tiempo fuera de nuestro país debido al intenso proceso de internacionalización de la energética. Hasta ahí bien, pero el discurso de Sánchez Galán destilaba un hartazgo hacia un mercado cuyas cargas tributarias y cambios normativos han dado un mordisco de 801 millones de euros a su cuenta de resultados en 2013. Esa cantidad supone un coste superior al gasto de toda una plantilla con un alto grado de cualificación y sueldos más que dignos. Lejos de mejorar las previsiones, la empresa estima que las modificaciones regulatorias y tributarias en España reducirán en 1.310 millones su ebitda en 2014.
Regulación predecible y estable
Vino a decir que España es poco atractiva para la inversión no porque tenga un mercado plano por la crisis, sino por la inseguridad jurídica en varios sectores y los escenarios poco fiables. Por eso, el foco de sus inversiones se centra en otros países más dinámicos y que respetan las reglas de juego, sin cambiar las normativas a mitad del partido. De ahí que la empresa vuelque sus recursos “en los países que disfruten de una regulación predecible y estable”, explicó.
Ser presidente de una gran compañía te permite adoptar ese tipo de medidas para poder mantener los dividendos a tus miles de accionistas, pero para una pyme la alternativa es más complicada. Por eso, en los últimos años he escuchado a experimentados empresarios que les dan ganas de cerrar sus negocios en España para irse a otros mercados que registran mayores tasas de crecimiento, con lo que hay más oportunidades de negocio, existe una mayor seguridad jurídica, los trámites burocráticos son mínimos, sus normativas son predecibles y duraderas en el tiempo y el capital necesario para constituir una sociedad mercantil es mínimo.
Al final, la mayor parte se queda por la familia o por el apego a su tierra, pero me temo que los jóvenes emprendedores, sin esas ataduras vitales, cojan las maletas y se marchen a probar fortuna en otras latitudes. Sin proponerlo, habremos creado una generación de emprendedores emigrantes.
Siempre he pensado que la Economía de un país empieza a ser relevante cuando sus empresas se internacionalizan y el poder de decisión permanece en el origen. Pero hay sectores como el energético donde “las decisiones”, dependen de posturas político legislativas. De hecho podemos tener muestras de lo comentado en los Consejos de estas compañías. En el caso que comentas, quizás, podamos entender algo más en este enlace: https://www.iberdrola.es/webibd/gc/prod/es/doc/IA_InformePoliticaRetribucionesConsejeros2012.pdf En concreto en el punto 2.1
Un cordial saludo
Hola Ángel Luis:
Gracias por tu interesante observación. Un abrazo.
Qué depresión todo, oye. Los jóvenes se van, los emprendedores también…¿Alguna buena noticia? Aún así estoy muy de acuerdo, que uno se puede analizar el entorno jurídico y político que está creando este Gobierno y le dan ganas de irse muy lejos.
Hola Esti:
Por fortuna aún quedan miles de empresarios y autónomos en España con muchas ganas de sacar los negocios adelante pese al entorno adverso. No todo es deprimente, nuestro país tiene también muchas fortalezas y ventajas, aunque la obligación de los periodistas sea destacar los aspectos negativos para que se corrijan. Saludos y gracias por participar en este blog.
La internacionalización tiene también su cara oscura. Los fracasos de Telefónica en China, los problemas de Repsol en Argentina, los problemas de Sacyr en Panamá, las empresas que vuelven de Brasil con las manos- y bolsillos vacíos-…
La internacionalización se debe enfocar como “expansión”, no cómo alternativa.
Asumir que en el corto y medio va a costar dinero, que los entornos regulatorios y fiscales son siempre complejos, que le precio no es el precio en fabrica sino el precio en destino incluyendo el margen distribución, que existen más monedas además del Euro y el USD…
Aún así, la internacionalización es la GRAN obligación de cualquier empresa que quiera sobrevivir y crecer.
Y también es importante, no hacerse mala sangre con los mensajes sin sentido de este gobierno que no sabe/no dice.
Hola Luis:
Haces bien en señalar las dificultades que tiene un proceso de internacionalización, porque no todo es un ‘camino de rosas’, como algunas instituciones pretenden vender.
Un abrazo y gracias por tu comentario.