Al dirigir la revista Castilla y León Económica, muchos me preguntan: “¿cuándo volverá a crecer la economía española?”, pensando que este humilde gacetillero es un experto con poderes adivinatorios. ¿Saben qué les digo?, pues que me da igual, que paso de la macroeconomía, porque no me creo ninguna previsión aunque me saturen de tablas en powerpoints.
Recientemente asistí en Valladolid a la conferencia de un prestigioso experto en macroeconomía, quien nos ofreció su visión de cómo iban a evolucionar en los próximos años España y las principales zonas del mundo, como los países emergentes, la UE, China y EE UU. Todo argumentado con numerosos datos y arropado por un análisis de política internacional.
Al bajar del atril, me acerqué al gurú y, tras felicitarle por su brillante exposición, le pregunté: “esas previsiones están muy bien razonadas, pero ¿qué pasa si se inicia una intervención militar extranjera en Siria o si las revueltas sociales se recrudecen en Brasil poniendo en peligro la estabilidad de su Gobierno o si en China empiezan a estallar algunas de las burbujas de su economía o si los republicanos vuelven a bloquear la Administración Obama o si la Primavera Árabe deriva en regímenes fundamentalistas islámicos? Y en nuestro país, ¿qué pasa si el caso Bárcenas afecta aún más al Gobierno o si al pulso nacionalista de los catalanes se suman los vascos, que son especialistas en esperar a que otros sacudan el árbol para luego ellos recoger tranquilamente las nueces?”.
Con sinceridad, me contestó: “pues si ocurre alguno de esos hechos, las previsiones son papel mojado”. Pues eso, llevamos con entelequias macroeconómicas desde finales de 2007. Como ejemplo, recuerdo aquellas palabras de Rodrigo Rato, entonces presidente de Bankia y también pronunciadas en Valladolid en el lejano abril de 2011: “la crisis ya ha terminado. De la crisis mundial ya hemos salido y ahora estamos en la postcrisis o nueva realidad”.
Oráculo de Delfos
Como si del Oráculo de Delfos se tratara, todavía hay empresarios que confían en salvar sus negocios gracias a los anuncios sobre la mejora de los datos macroeconómicos. Miran con ansiedad las tablas de la evolución del PIB mientras que su empresa se deshilacha por los cuatro costados.
Quienes han sobrevivido a esta carnicería en el tejido empresarial español son aquéllos que han hecho justo lo contrario al dar la espalda a las esotéricas proyecciones macroeconómicas para centrarse en gestionar su negocio a base de abordar los mercados exteriores, ajustar el precio de servicios y productos en un país low cost por la alta tasa de paro, optimizar las plantillas, estrechar los márgenes y olvidarse de los beneficios de dos dígitos, diversificarse con actividades complementarias, volcarse en el cliente para fidelizarle, apostar por las redes sociales, explicar e implicar a los empleados en la nueva estrategia de la empresa, controlar hasta la extenuación los cobros, intensificar las relaciones públicas, reducir todos los costes, ignorar el apoyo de las administraciones públicas cuyas arcas están adornadas por telarañas y acometer cualquier operación aunque deje unas pequeñas plusvalías ya que estamos inmersos en una economía del menudeo.
Prescindan de las proyecciones macroeconómicas, a no ser que les guste la ciencia-ficción, en cuyo caso les recomiendo a autores como Isaac Asimov, Phillip K. Dick o Arthur C. Clarke, que además son mucho más entretenidos. E incluso a veces aciertan en sus mundos imaginarios.
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Alberto, no puedo estra más de acuerdo.
Nos están bombardeando con cifras “macro” con la idea de que ya estamos viendo la luz al final del tunel, cuando la realidad de nuestro tejido empresarial es la que es, de muy poca actividad y bastante tenemos todos los días, con sujetar, como podemos nuestras empresas.
La verdad no tenemos más remedio que hacer todo lo que este en nuestra mano, para seguir, pero que no nos traten de convencer de que la economia va mejor, por que han encajado de aquella manera las cifras “macro”.
A propósito no dicen nunca nada del aumento del endeudamiento, eso si lo venden, cada subasta como un éxito y en dos años el 30% más y los demás a desapalancarnos, no?
En fin… Seguimos en la lucha
Saludos
Hola José Félix:
Gracias por tu comentario y, como dices, a seguir en la lucha al margen de la macroeconomía. Un abrazo.