Tenemos tal aluvión diario de datos que los porcentajes no nos dejan ver el bosque económico. En los últimos días han sido publicadas varias estadísticas sobre el cierre de 2010 que, enlazadas, nos pueden decir mucho sobre dónde deben poner el foco de atención las empresas para mantener su crecimiento.
Sin lugar a dudas, la cifra más esperanzadora es el 12,4% de crecimiento de las exportaciones de Castilla y León durante el pasado ejercicio. Eso sí que son brotes verdes, aunque estén plantados en fincas extranjeras. Esa tendencia alcista demuestra el vigor de las economías más desarrolladas, sobre todo de la UE que es a quien más productos vendemos, frente a la atonía del mercado español. Antes se exportaba para diversificar los ingresos, pero ahora es un asunto de pura supervivencia.
Desde que estalló la crisis allá por 2007, más empresarios de los que nos imaginamos se han volcado en los mercados exteriores, no sólo con las exportaciones, sino también con procesos de internacionalización. Los que ya tenían una delegación en el extranjero están intentando ampliar su presencia a otras zonas; y los que no estaban fuera han dado los primeros pasos para empezar a hacer negocios en otras latitudes. Esta arriesgada apuesta se basa en su acertado diagnóstico del mercado nacional, que apenas crecerá en los próximos años por la alta tasa de paro, la mayor presión fiscal sobre empresas y hogares, los problemas para acceder al crédito por la lenta reestructuración del sistema financiero, el incremento de la factura energética y la pérdida del poder adquisitivo de los consumidores por la inflación y la probable subida del euríbor. Además, la inversión pública, que tiró algo de la economía al principio de la crisis, seguirá bajo mínimos para poder cumplir el objetivo de reducir el déficit público hasta el 6% del PIB en 2011, el 4,4% en 2012 y el 3% en 2013. España, como marca, ya no es que no venda, es que es un estigma y por eso las multinacionales españolas, para demostrar su fortaleza y solidez, destacan a los inversores internacionales el porcentaje de sus ingresos que procede del exterior.
¿Y cómo se conquistan los mercados internacionales? Pues con productos de calidad e innovadores, ya que la batalla del precio la tenemos perdida con los países asiáticos, sobre todo China. En este campo, otro dato hace saltar las alarmas porque en sólo un año el peso del sector privado en el gasto total en I+D+i en Castilla y León ha descendido 9 puntos al pasar del 62% en 2008 al 53% en 2009. Esta evolución es muy preocupante porque las administraciones públicas no han elevando sus aportaciones a los proyectos innovadores, lo que significa que con la crisis las compañías se han visto obligadas a recortar sus partidas para la innovación; y eso es peligroso porque nos aleja de las economías más competitivas. En la actualidad, el gasto de España en I+D representa el 1,27%, mientras que en Suecia alcanza el 3,75%, en Japón el 3,44% y en Alemania el 2,53%; pero lo que es más significativo, en China será del 2% sólo dentro de 5 años.
Si no podemos ofrecer precios más bajos y somos incapaces de mantener el ritmo necesario de inversiones para el desarrollo de productos innovadores ¿en qué podremos competir?
Estoy de acuerdo en la necesidad de incrementar la aportación de las administraciones públicas en I+D+i encaminadas a consolidar proyectos de dificil comercialización debido a su caracter innovador.
Hola Rocío:
Gracias por tu comentario y por participar en este blog.
Saludos.