Cielo de luz blanca cegadora y mar añil en calma delimitan el volcán extinto más grande del mundo. Tras la puesta de sol que tiñe de ocre y oro la tierra negra y roja de la caldera, aparece una luna de agosto plena y naranja que inunda de plata el Egeo.
Son imágenes que se graban en la retina para siempre y que se pueden disfrutar en el transcurrir del día sin moverse de las 22 habitaciones del Hotel Andronis en la isla griega de Santorini, todas ellas abalconadas sobre el mar. Una paz placentera invade el espíritu tras un baño refrescante en la piscina desbordante sobre el Egeo, una copa del buen vino blanco de la isla y olvidarse del paso del tiempo, sólo perceptible por los cambios de luz. Con nombres de dioses griegos, la habitación denominada Hera es especialmente atractiva por encontrase situada al lado de la piscina infinita, su enorme terraza con jacuzzi e impresionante panorámica sobre el volcán. Siguiendo el estilo de la arquitectura troglodita, las estancias están excavadas en la lava del volcán a modo de cueva que conserva una temperatura ideal. Encalado todo el hotel en blanco y literalmente colgado sobre las caprichosas formas del cráter, las habitaciones han sido pintadas con predominio del gris que atenúa la luz y preserva la frescura de un espacio que aprovecha las formas cóncavas para situar pequeños ventanucos, el armario, el sofá de la zona de estar y la propia cama ubicada casi como en un nicho curvo y silencioso. Los desayunos se sirven siempre en la habitación. No olvide pedir la tortilla griega de queso feta y olivas negras. El hotel ofrece tratamientos y masajes y cuenta con un restaurante sobre un risco de lava suspendido sobre el mar. En la mesa más cercana al precipicio, se puede disfrutar de un menú degustación con maridaje de vinos de la isla.
