La anterior generación del Mercedes GLE, nacida en 2015, sufría la competencia de modelos más modernos (Audi Q7, BMW X5 y Volvo XC90). Pero ahora le ha llegado la hora de la revancha. El nuevo GLE conserva el aspecto altivo del primer modelo, nacido bajo la bandera de la Clase M en 1997, pero el diseño es más atlético. Con sus marcados pasos de rueda y sus curvas exhibidas como músculos, el nuevo GLE parece mejor colocado en la carretera y crece en dimensiones, con 4,92 metros de largo, en anchura alcanza 1,95 metros y en distancia entre ejes 2,99 metros. Solo reduce la altura, con 1,80 metros.
Por dentro es ahora más amplio y, como opción, ofrece 7 plazas. Cómodo, no ya solo delante, sino también en las 3 plazas de la segunda fila, con gran espacio para las piernas, amplia altura libre al techo y buenos asientos. El maletero tiene un volumen de 630 litros.
Tecnología
También se refuerza la tecnología. Esto se puede ver nada más subir a bordo con el panel digital panorámico formado por 2 pantallas contiguas de 31 centímetros cada una, que ofrecen una calidad de imagen sobresaliente. Este SUV aprovecha todas las innovaciones de la marca que ya se ven en las clases E y S. El equipamiento de confort y seguridad es completo, con ayudas a la conducción espectaculares.
Entre las mecánicas disponibles (diésel, gasolina e híbridos enchufables), la versión probada correspondía al diésel menos potente, el de 245 CV, un biturbo de 4 cilindros asociado a un cambio automático de convertidor de par, con 9 relaciones. Y trasmisión integral con un reparto fijo al 50% para cada eje.
Conducción
En ciudad se maneja bien a pesar de su tamaño: la dirección es ligera y rápida, el cambio reactivo y la visibilidad buena. Y facilidad para aparcar gracias a sensores y cámaras. En carretera y autopista es cómodo y trasmite seguridad, tanto en estabilidad, por las suspensiones, como en cuanto a dirección como a la hora de frenar. Los 245 CV han sido suficientes para un ritmo de conducción familiar, sin problema incluso con el coche muy cargado. Y el consumo de esta mecánica con medias de 7,9 litros en un vehículo de este tamaño se puede considerar como ajustado.
He recalcado que la prueba se ha realizado con el motor y las suspensiones de entrada de gama, lo que puede hacernos una idea de qué puede pasar según subimos de nivel. Y es que ya nuestra versión trasmite un silencio y suavidad de marcha notables. ¡Imaginen con el 6 cilindros, los cristales laminados o la suspensión de segundo o tercer nivel!
Por menos de 68.000 euros, tenemos nuestro GLE. Ahora bien, que no nos importa incrementar la factura, pues posibilidades hay las que queramos, pero esta versión es capaz de satisfacer a espíritus muy exigentes.
Santiago de Garnica