El XC90 es el mayor SUV de Volvo con sus 4,95 metros de largo, 2 de ancho y 1,77 de alto. Un gigante concebido para mercados como el chino o el estadounidense y que acaba de recibir una puesta al día visual, pero sobre todo tecnológica. Exteriormente el estilo nos muestra que es un Volvo, con un diseño que emana fuerza pero sin ostentación. En el habitáculo el estilo sueco se mantiene con una atmósfera muy zen. Frente al conductor aparece una instrumentación 100% digital, con una muy visible información. Y en el centro una ancha consola en la que se sitúa el botón giratorio de arranque y el del selector del modo de conducción. Tiene pocos botones pero las funciones se manejan bien en la pantalla multimedia vertical. El interior, realizado con materiales de calidad, puede acoger a siete ocupantes en tres filas. El maletero es enorme con 310 litros con siete ocupantes y en la versión de cinco asientos alcanza 721 litros.
En motores, encontramos la gran novedad de este XC90: todos (diésel y gasolina) están electrificados y hay un híbrido enchufable. Nuestra unidad de pruebas era el diésel de 4 cilindros que, con la ayuda de un motor eléctrico integrado, incrementa su potencia y par de 235 CV y 480 Nm respectivamente a 249 CV y 520 Nm. Las cifras oficiales dan una velocidad punta de 220 km/h, una aceleración de 0 a 100 km/h en 7,6 segundos y un consumo medio (WLTP) de 6,4 litros.
En marcha, en ciudad no se maneja nada mal. El sistema de hibridación del motor hace suave la conducción y el stop/start es uno de los mejores que he probado. Por carreteras secundarias, con perfil cambiante y muchas curvas, resulta cómodo. Y en autopista el XC90 muestra todos sus valores. En primer lugar, un confort de un nivel muy alto. Volante y asientos (muy cómodos) con calefacción y sistema de sonido Bowers and Wilkins, excepcional, contribuyen al placer de viajar con este XC 90.
Dos aspectos que no debemos dejar en el tintero. El primero es que hemos probado la conducción autónoma de nivel 2 de Volvo. Controla velocidad, frenada, distancia con el vehículo de delante y la posición en el carril. Por supuesto que hay que conservar las manos en el volante pues sino el sistema se corta por seguridad. No está mal calibrado, pero mejor conducir siempre muy atentos, como en todos estos sistemas.
Y el segundo aspecto es que bastantes kilómetros de la prueba los hemos realizado en conducción nocturna y el alumbrado de nuestro XC90 se ha mostrado muy eficaz gracias a sus ópticas de led, con un haz ancho y direccional.
En definitiva, un excelente vehículo por 78.900 euros para hacer muchos kilómetros en familia, seguros, cómodos y con un consumo ajustado para su tamaño y peso.
Santiago de Garnica