El más pequeño de los Jaguar es un SUV de líneas sensuales al estilo italiano que no dejan de recordar al Alfa Stelvio. No es fácil diseñar un SUV todo en curvas con un largo capó que sugiera potencia, en unas dimensiones tan ajustadas (hablamos de 4,41 metros de longitud). Sin embargo, el equipo de Ian Callum lo ha logrado. La línea del techo desciende en su tramo final y le da una imagen deportiva aún más potenciada con el paquete R-Dynamics de nuestro protagonista.
Se podría pensar que el diseño se ha realizado sacrificando la habitabilidad, pero no es así. El E-Pace es ancho y tiene una buena altura libre al techo. En las plazas delanteras, el espacio es amplio, si bien cada una de ellas tiene su zona bien delimitada para crear una atmósfera más deportiva. Y el espacio disponible en las plazas traseras está en la media del segmento, pudiéndose acomodar 2 adultos sin problema.
Nos sentamos en el puesto de conducción. Encontramos con facilidad una buena posición de conducción y eso que el reglaje longitudinal del volante es algo corto. El maletero tiene 577 litros, incluidos los 93 que hay bajo el piso del mismo si no se pide rueda de repuesto. El portón tiene apertura y cierre eléctricos con función gestual.
En marcha
Nos ponemos en marcha. Nuestra versión es el diésel de 180 CV trasmitidos al suelo con una tracción integral. El cambio automático es un ZF de convertidor de par y nueve marchas. En ciudad se nota la recortada longitud a la hora de movernos con facilidad y aparcar en línea, pero, eso sí, es un coche ancho: 1,90 metros sin contar los retrovisores. En carretera prestaciones y aceleraciones están a un buen nivel si buscamos una conducción dinámica sin pretensiones deportivas. Si queremos más, tenemos otras versiones más potentes. A buen ritmo, el consumo está en los 7,5 litros.
Cuando aparecen las curvas, el pequeño Jaguar parece que se olvida de su elevado peso (son cerca de 1,9 toneladas). La dirección bastante directa y consistente (un placer en estos tiempos) dirige con precisión el tren delantero mientras que la parte posterior le sigue con facilidad acompañando la trazada. La amortiguación se muestra eficaz en las curvas. Es una suspensión tirando a firme, pero el confort se mantiene a un nivel correcto y eso que este R-Dynamics lleva ruedas de 20 pulgadas.
Una comparación inevitable es la que se plantea con el Ranger Rover Evoque. Este último ofrece una orientación más de todoterreno, mientras que el Jaguar es más de asfalto. En síntesis, el más pequeño de los Jaguar es un SUV de diseño que no pasa desapercibido y con el motor diésel 180 CV de la versión probada es eficaz y agradable. Y los precios equivalen a los de sus rivales: la gama arranca en 38.700 euros, mientras que la versión probada está en 51.350 euros.
Santiago de Garnica