No resulta fácil prescindir de toda la leyenda que hay detrás de este modelo, a la hora de analizar como un deportivo de 2017 a la nueva generación del Mustang que curiosamente es la primera que Ford comercializa de forma oficial en Europa. Una larga espera desde 1964.
Nuestro protagonista (la versión de carrocería Fastback y motor más potente) es un deportivo moderno: 4 ruedas independientes con un tren posterior multibrazo, grandes discos de freno en las 4 ruedas, un motor V8 5 litros en aluminio, un paquete electrónico muy completo con la posibilidad de elegir 3 niveles de dureza de la dirección y 4 programas de conducción.
Exteriormente el estilo firmado por Murray Callum integra rasgos que recogen toda la herencia Mustang sin caer en el folclorismo. Con sus 4,78 metros de largo, 1,91 de ancho y 1,38 de alto, ahora es más bajo y ancho que la generación anterior, con proporciones equilibradas y dimensiones europeas.
Ante nuestra vista aparece el gran capó esculpido con una doble cresta. Apretamos el botón de arranque y el sonido del V8 llega hasta nuestros oídos, discreto pero con las sonoridades esperadas y una rumorosidad al ralentí cargada de encanto.
Parece ser que antes de ajustar definitivamente sus armonías, el ingeniero de sonido ha registrado las notas que salían de los escapes de decenas de antiguos Mustang en las reuniones de clubes de aficionados a este modelo. La palanca de cambios, perfectamente a la mano, de recorridos cortos y tacto firme y preciso, ofrece un elevado placer a la hora de manejar la caja de cambios manual firmada por la prestigiosa marca Getrag.
Prestaciones
Con sus 421 CV este moderno propulsor V8 nos llena en prestaciones y sensaciones. Distribuye su potencia a lo largo de un régimen amplio de vueltas y la respuesta es tan buena que permite moverse en muchas situaciones sin tocar el cambio, como si fuera la versión automática.
Acelera con vigor y en poco nos vemos a la velocidad máxima permitida en autopista. Las vigorosas recuperaciones, el contundente frenado (discos de 380 mm de diámetro y 34 de grosor, con pinzas fijas Brembo y con seis pistones) y el bello sonido que sale de los escapes cada vez que hacemos el doble embrague en una retención son un conjunto de elementos que producen un elevado nivel de placer.
Su relación entre potencia, prestaciones y precio es imbatible. El Mustang probado cuesta 46.500 euros, menos de la mitad que sus competidores europeos. Es difícil no dejarse llevar por el salvaje caballo americano.
Santiago de Garnica
