Iberdrola ha revisado más de 12.000 kilómetros de sus líneas eléctricas en Castilla y León a lo largo de 2010 para reforzar la seguridad de suministro este invierno. La empresa dirigida por Ignacio Sánchez Galán se ha centrado en las instalaciones con más riesgo de sufrir incidencias por puntas de demanda o por las inclemencias meteorológicas típicas de esta época del año.
La compañía ha destinado 2,67 millones de euros a inspeccionar las líneas de muy alta, alta y media tensión, con el objetivo de mejorar la calidad del servicio que ofrece en la región. La revisión ordinaria, que ha afectado a cerca de 8.400 kilómetros, busca detectar posibles anomalías en los elementos que componen este tipo de instalaciones (aisladores, conductores, herrajes, apoyos), dañados por rayos, arbolado, obras de construcción o edificaciones próximas, como causas más comunes.
Además, Iberdrola ha realizado un reconocimiento exhaustivo de los apoyos eléctricos en 1.119 kilómetros de sus tendidos por toda la geografía castellana y leonesa. Por último, ha revisado por infrarrojos alrededor de 2.500 kilómetros de líneas. Esta acción consiste en el reconocimiento de las infraestructuras eléctricas mediante cámaras termográficas transportadas en helicóptero o por un equipo de operarios a pie. Se mide así la temperatura de las instalaciones, lo que permite identificar los “puntos calientes” para corregirlos y asegurar el suministro ante una posible punta de demanda.
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