Castilla y León cuenta con 2.248 ayuntamientos, de los que el 88% tiene menos de 1.000 habitantes. La alargada crisis ha provocado una aguda merma en sus ingresos y, con ello, un progresivo endeudamiento. Ante esta grave situación, Miguel Ángel García Nieto, presidente de la Federación Regional de Municipios y Provincias de Castilla y León (FRMP), reconoce que se barajan alternativas como la fusión de consistorios: “sí, se contempla esa posibilidad, siempre que sea voluntaria. En otros momentos históricos se ha hecho y ha resultado muy bien a lo largo del tiempo, ya que esos municipios que se unieron se convirtieron en uno y están dando mejores servicios de lo que ofertaban antes”. El también alcalde de Ávila realiza estas declaraciones en la entrevista publicada en el último número de la revista El Consistorio, revista oficial de la Federación.
Respecto a la iniciativa de la Junta para desarrollar un nuevo modelo de ordenación del territorio basado en la asociación voluntaria de municipios a través de los distritos de interés comunitario, García Nieto apunta que esta fórmula “es necesaria. Algo hay que hacer, ya que no podemos tener esta distribución geográfica con 2.248 ayuntamientos, más de 6.000 núcleos de población en un territorio tan vasto, tan extenso, con 95.000 kilómetros cuadrados. Me parece oportuno y conveniente que se base en una asociación voluntaria, y subrayo la voluntariedad. Siempre hemos apostado para que se cuente desde el primer momento con los afectados, con los protagonistas, los ayuntamientos. Es decir, que se haga de abajo a arriba contando permanentemente con la voz de los municipios”.
Preguntado sobre si la complicada coyuntura económica puede llevar a algún ayuntamiento de Castilla y León a adoptar medidas extraordinarias, como Expedientes de Regulación de Empleo o declararse en quiebra técnica, el presidente de la FRMP contesta: “Sí, aunque si la siguiente pregunta es cuáles, no se lo voy a decir porque trabajamos siempre con la máxima de que la autonomía municipal hay que respetarla por encima de todo. Pero si lo que me pregunta es si, en términos generales, en esta comunidad autónoma puede ocurrir que en los ayuntamientos se puedan poner en marcha y generar expedientes de regulación de empleo, le digo que sí. Si me pregunta si va a haber ayuntamientos que no van a poder pagar la luz ni abrir las puertas del Consistorio porque les falten recursos para abonar los servicios básicos, le digo sí. Si quiere saber si va a haber ayuntamientos que no van a poder ofrecer los servicios básicos a sus vecinos, también le digo que sí. Que si va a haber ayuntamientos en quiebra técnica, estoy absolutamente convencido de que ya los hay y no pocos. En definitiva, existen muchos municipios en una situación agónica, que lo están pasando rematadamente mal y que están perviviendo como pueden”.
Respecto a la morosidad y al retraso en los pagos a sus proveedores por parte de las administraciones locales, García Nieto apunta: “se hace lo que se puede. Le aseguro que no conozco a ningún alcalde tan bárbaro ni tan loco que no quiera pagar a sus proveedores o que no esté haciendo lo posible para pagarles. Justo lo contrario, somos los más identificados con nuestros proveedores porque además suelen ser de nuestra localidad y son las personas a las que les vemos la cara todos los días. Hacemos lo que podemos, pero la cuestión sería poner sobre la mesa otra vez el dilema clásico de qué es antes el huevo o la gallina, que es antes la Ley de Financiación Local para tener recursos suficientes o hacer la Ley de Estabilidad Presupuestaria, que nos obliga a pagar a 30 días aunque no tengamos recursos. Le aseguro que estamos estirando la goma todo lo que podemos”.
En cuanto a las diputaciones provinciales, el presidente de la FRMP apoya su continuidad pese a que varias voces defienden su desaparición para reducir el déficit: “cuestionar las diputaciones en un territorio como el nuestro es una barbaridad. Seguramente, hacerlo en Andalucía, por ejemplo, donde el ayuntamiento más pequeño tiene más de 10.000 habitantes, puede tener algún sentido; pero desde luego aquí no, porque tenemos más de 1.000 municipios por debajo de los 250 habitantes. Las diputaciones se tienen que dedicar a ser el auxilio, el bastón de apoyo de todos esos pequeños municipios que no tienen ninguna otra infraestructura que su diputación provincial. Por eso, también es preciso definir muy bien el marco competencial en el que se tienen que mover las diputaciones para no ser una segunda delegación de la Junta, ya que ésta llega hasta unos límites, pero desde ahí hasta pisar la tierra del pueblo más pequeño es donde tienen cabida las entidades provinciales. Las diputaciones se tienen que dedicar a definir las políticas y a construir el territorio de esos pueblos más pequeños”.
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