Luis de Guindos, ministro de Economía y Competitividad, ha fechado en marzo la aprobación de una nueva ley que establecerá “estrictos instrumentos de control” sobre los presupuestos de las comunidades autónomas, que tendrán que recibir el visto bueno del Gobierno antes de ser aprobados por las correspondientes administraciones regionales.
Según explicó en una entrevista a Financial Times, esta medida es sólo una de las incluidas en la agenda de reformas económicas que De Guindos describe como “agresiva” y que el nuevo Ejecutivo central quiere poner en marcha en sus primeros 100 días de mandato.
En su opinión, estas iniciativas basadas en la austeridad contribuirán a aumentar la confianza en España. “No podemos ir a los mercados y decir que España no va a aplicar una campaña ortodoxa en políticas fiscales. Sería muy perjudicial para la percepción de la economía española y muy perjudicial para la moneda única”, subrayó el ministro.
Moderar el paro
El responsable de la cartera de Economía y Competitividad consideró que la caída del PIB durante la crisis en España era “normal”, si bien remarcó que “ningún otro país, ni siquiera los rescatados, sufrió un deterioro del mercado laboral de tal magnitud”.
Así, a pesar de destacar que el elevado desempleo en España “tiene mucho que ver con la construcción”, donde el ajuste ya se ha producido, hizo un llamamiento también a “la capacidad de las empresas para adaptarse a las condiciones”.
Europa Press / Castilla y León Económica
El Sr de Guindos nos pontifica como si el problema no fuera con él: “Se lo encontro”, pero no es así, sus medidas de Diciembre tienen mucho que ver con este nuevo desastre.
Todos los prespuestos de los entes publicos han hecho esfuerzos “Importantes” de saneamiento. ¿ A qué le llaman esfuerzo a subir los impuestos o a bajar los gastos? Supongo que debería ser lo segundo pero para sorpresa les diré que la bajada media está entre el 0 y -5%, nada para tirar cohetes y desde luego muy lejos del 50% que me han bajado mis ingresos.
Estoy harto de políticos mediocres, de todos los colores, y que se ríen de sus propios electores.