Como buen crossover, el Renault Kadjar mezcla elementos de monovolumen, berlina y todocamino. La trasera muy vertical ofrece una excelente distancia libre al techo que, junto a una buena distancia entre ejes, proporciona un buen espacio en las plazas traseras. Y el maletero con 472 litros ofrece uno de los volúmenes mayores de su segmento. Además, bajo el piso hay un doble fondo.
La presentación y los materiales del interior son excelentes, con plásticos de buen tacto en la parte superior del salpicadero y paneles de las puertas.
El salpicadero incorpora en el centro la pantalla TFT de 7 pulgadas del nuevo sistema de infoentretenimiento R-Link 2 y los mandos de climatización. El Kadjar apuesta por la simplicidad y la ergonomía, sin por ello olvidar el toque SUV. Incorpora las últimas tecnologías en cuanto a seguridad, ayudas a la conducción como frenado automático de urgencia, reconocimiento de señales o avisador de cambio involuntario de carril. También puede llevar cámara de marcha atrás y opcionalmente dispone de alumbrado full Led.
Motores
En cuanto a motores, hay un gasolina 1,2 litros turbo de 131 CV y 2 diésel de 1,6 litros, con 110 y 131 CV, respectivamente. El cambio automático es exclusivo del 110 CV y la tracción 4×4 del diésel de 131CV. El resto de versiones son manuales y de tracción delantera. La versión probada es el 1.6 dCi de 131 CV 4×4.
La ruta de pruebas nos llevó de Madrid a Ávila a través de autopistas, carreteras y un largo camino de tierra de piedra suelta y muy bacheado a partir del Puerto de los Leones para seguir por tramos de asfalto utilizados por el Rallye de España de Clásicos. El Kadjar mostró una correcta gestión de los ruidos de rodadura y una suspensión en la que prima el confort a cambio de permitir un ligero balanceo en curva de la carrocería si vamos deprisa bien controlado.
Vivo y preciso, con un tren delantero que guía perfectamente, la conducción resulta fácil, agradable y con un buen nivel de calidad.
El motor dCi 130 CV y el cambio manual de seis relaciones es algo justo en las recuperaciones y su respuesta a bajo régimen parece sufrir con la trasmisión integral y un peso en torno a 1,5 toneladas.
Los desarrollos del cambio son largos y si queremos prestaciones elevadas hay que subir a regímenes altos. Pero el Kadjar es un vehículo familiar y sus usuarios, más que prestaciones, lo que valorarán es su extraordinaria polivalencia que es sin duda su mejor cualidad. En modo Lock 4WD, superamos con facilidad zonas con complicaciones.
Hay un Kadjar desde 19.850 euros, pero si optamos por el diésel más potente y con tracción 4×4 hablaremos de 27.700 euros de partida.
Santiago de Garnica
