Una inmensa consola central suspendida en lugar de los grandes huecos para guardar objetos, un estilo de carrocería muy de SUV, una altura rebajada en 14 centímetros, una distancia libre al suelo incrementada hasta alcanzar los 16 centímetro y asientos que se pliegan o esconden bajo el suelo en lugar de los desmontables. En realidad este Renault Espace de quinta generación supone una ruptura con sus antecesores y es que el mercado de los grandes monovolúmenes ha caído mientras que el de los crossovers o SUV está de moda.
Si hay algo que no ha cambiado, son las sensaciones al volante. Porque si el Espace IV lideraba su categoría, el nuevo modelo se sitúa muy por encima del resto gracias a sus 4 ruedas directrices y la amortiguación de dureza variable, ambas de serie en la versión Initiale París protagonista de nuestra prueba.
Estas 2 tecnologías por vez primera asociadas en Renault son gestionadas según 5 modos por el sistema Multi-Sense que pilota igualmente la dureza de la dirección, la respuesta del conjunto motor y cambio de velocidades, la sonoridad del motor, la apariencia de la instrumentación así como el ambiente luminoso del habitáculo. Con el modo Sport conectado, esta quinta generación nos ha impresionado por su comportamiento, sobre todo por la agilidad y la sensación de seguridad que trasmite. Horquillas y curvas cerradas son borradas como por arte de magia. Las grandes curvas son digeridas a ritmos alucinantes para un automóvil que mide 4,85 metros y que pesa en torno a 1.659 kilos en vacío.
Un cambio de trayectoria repentino (tipo prueba del alce) a 130 km/h no es más que una formalidad, conservando una estabilidad increíble. Incluso en caso de una fuerte frenada en apoyo, este Espace no se desvía ni un centímetro: sensaciones no conocidas por los propietarios de monovolúmenes o de SUV.
Ritmo elevado
Y como este chasis es además muy cómodo, incluso en el programa Sport, gracias a la amortiguación de dureza variable, se puede mantener un ritmo muy elevado que quizás no le atraiga al resto de familia, a los niños cuando vean sus consolas de juegos volar en la primera curva. En familia, el modo Neutral ofrece la amortiguación un poco más blanda y las velocidades de giro de las ruedas traseras más moderadas. Aquí conviene señalar que las ruedas traseras pueden girar en el mismo sentido (hasta un máximo de 1,5º) o en sentido contrario (un máximo de 3,5º) al de las ruedas delanteras.
A baja velocidad lo hacen en sentido contrario, para mejorar el radio de giro (un Espace con 4Control tiene un diámetro de giro entre paredes de 11,6 metros, propio de un coche pequeño o mediano, mientras que una con dirección únicamente en las ruedas delanteras gira en 12,4 m.); a alta, en el mismo, para favorecer la estabilidad.
El modo Confort es el aconsejable en autopista para el motor 1.6 TCE de 200 CV de la versión Initiale París probada. Es un motor silencioso que muestra su verdadero carácter cuando se activa el modo Sport. Pero los diésel serán los que representen un mayor porcentaje de ventas. Esta generación estrena el nuevo 1.6 dCi de 160 CV. Es una mecánica con buenas formas, abundante par y que se adapta perfectamente a un uso familiar. Va asociado a un cambio EDC de 6 relaciones. Hay también, como acceso de gama, un diésel de 130 CV.
Motores
Estos motores han de mover un automóvil más ligero que en la generación anterior: Renault afirma que el Espace 2015 es hasta 250 kilos más ligero respecto a la anterior generación. Entre menos kilos y motores optimizados, el nuevo Espace es un 20% más sobrio en el consumo.
La posición ante el volante es más de berlina que en las generaciones anteriores. La verdad es que se tiene más sensación de llevar un SUV que un monovolumen y en cualquier caso se mantiene esa agradable impresión de dominar visualmente la carretera.
El conductor no es el único que se baja con una sonrisa. También los pasajeros, pues la amortiguación trabaja muy bien a cualquier ritmo (tan sólo se notan las irregularidades del asfalto en ciudad y a baja 3 tres plazas que se desplazan longitudinalmente 16 centímetros) y también por una tercera fila de asientos que sin ser como la del Espace IV (2 butacas iguales al resto) son un poco más acogedoras para adultos que las que ofrecen habitualmente monovolúmenes compactos o SUV de siete plazas.
Por altura hasta el techo, permiten viajar a personas de hasta 1,90 metros de estatura, pero para poder colocar bien las piernas hay que adelantar los asientos de la segunda fila. Los asientos de la segunda y tercera fila se pliegan dejando un suelo plano bien de forma individual o todos en conjunto utilizando una consola de botones situada en el maletero (hay un botón por asiento, además de uno para todos) o desde uno de los menús de la pantalla del salpicadero.
El interior es acogedor y ofrece una calidad percibida superior a su antecesor. El salpicadero es muy moderno, con materiales de buen tacto en la parte superior y frontal, y buenos ajustes. Menos visibles son otros plásticos en la parte inferior cuya calidad es mejorable.
El cuadro de instrumentos de agujas es una pantalla TFT y tiene un sistema Head Up Display que proyecta información sobre una lámina de plástico translúcida.
Y no se puede dejar de hablar de equipo multimedia. Lleva el R-Link2 que permite manejar un amplio abanico de funciones a través de una pantalla de 8,7 pulgadas que es en realidad una tablet en cuanto a manejo y que permite una visión muy buena, destacando el navegador (TomTom).
Personalizar el coche
Pero quizás lo que más nos ha gustado es el poder personalizar el coche hasta para 6 conductores diferentes. Así cada vez que se sube uno de estos usuarios con sólo tocar en la pantalla su imagen (se puede poner la foto) o nombre, el coche adaptará toda esta serie de reglajes a lo que él ha programado previamente, desde la climatización al tipo de conducción (dureza de amortiguadores, respuesta del cambio, del acelerador) pasando por los ajustes de asientos y dirección o del equipo de sonido.
Hay marcas que se han basado en su experiencia en todoterrenos para, incorporando en su interior la versatilidad de un monovolumen, desarrollar sus crossover. Renault, partiendo del más emblemático de los monovolúmenes, ha realizado un espectacular y personal crossover.
Original, eficaz y cómodo son las 3 grandes cualidades de esta quinta generación del Espace pero también la habitabilidad y unas tarifas que le posicionan muy bien (29.350 euros en la versión más accesible), aunque para tener un Initiale Paris, el alto de gama, habrá que empezar a contar con cerca de 43.000 euros.
Santiago de Garnica
