La nueva Clase A aporta un aire fresco en el catálogo de Mercedes, con un comportamiento dinámico atractivo y una gama de motores coherentes, a lo que se suma un contenido tecnológico de alto nivel.
En los estudios de diseño de Mercedes ha sido necesario partir de una hoja en blanco para crear esta carrocería de 2 volúmenes hasta ahora inexistente en el fabricante, de perfil muy aerodinámico. Si bien las opiniones sobre estética son siempre subjetivas, el resultado parece bueno a la vista de las valoraciones escuchadas durante la prueba.
Del exterior al interior. Al abrir la puerta nos encontramos con un ambiente muy de la casa, mezclando toques modernos con clásicos. En las versiones con cambio automático, la palanca va colocada a la derecha del volante mientras que el freno de mano es eléctrico. Destaca el nivel de equipamiento. Ya de serie lleva control de atención del conductor y de prevención de colisiones que mediante señales acústicas y visuales avisa al conductor de si está demasiado cerca del vehículo que le precede. Entre las opciones, están el programador de velocidad activo que frena automáticamente en función del vehículo que va delante, el reconocimiento de las señales de limitación de velocidad o el sistema de aparcamiento automático.
En la gran pantalla en suspensión sobre el salpicadero, de clara estética iPad, el interface multimedia Command Online (opcional) permite conectar el smartphone y navegar directamente en las redes sociales. Se ha cuidado el diseño de los asientos, de corte deportivo y que integran los reposacabezas. Recogen bien el cuerpo sin que resulten agobiantes para las personas de físico grande.
El A ofrece espacio suficiente para acomodar a 4 adultos. El maletero es de 341 litros y los respaldos del asiento trasero se tumban con facilidad para, en caso de viajar 3 o 2 personas, ofrecer un volumen de carga con suelo plano muy interesante. Hay 3 motores diésel (109, 136 y 170 cv) y 3 de gasolina (122, 156 y 211 cv), todos 4 cilindros, con inyección directa y turbo.
La versión probada era el Mercedes A 180 CDI. Su potencia es modesta, con tan sólo 109 cv, pero tiene 2 ventajas: unas emisiones de tan sólo 98 grm/km y unos consumos muy bajos. Esta mecánica de 1.361 cc es el punto de partida de la gama, con un motor fabricado por Renault en su factoría de Valladolid.
Santiago de Garnica