“Tras más de una década vinculado a la universidad, de haber colaborado y trabajado en diversas bodegas, uno reflexiona sobre el camino que está tomando el sector vinícola a nivel mundial, la globalización a la que está siendo sometido, con el continuo uso de productos químicos, levaduras, bacterias y modificadores, entre otros elementos, ¿por qué no hacerlo como se hacía antes, seguir patrones de nuestros abuelos? Ellos ya tenían en cuenta los astros y lunas para hacer determinadas actuaciones, desde la siembra a la plantación, poda y recolección. La técnica de cultivo que más se acerca a la de nuestros abuelos, la que más respeta la naturaleza e interpreta las continuas acciones a las que se ven sometidos tanto los cultivos como las personas, es la biodinámica”. Estas palabras de Víctor Negro, gerente y enólogo de Bodega Negón, en Fuentecén, municipio de la Ribera del Duero burgalesa, son toda una declaración de intenciones, no sólo de una filosofía de trabajo, sino también de vida.
Reflejo de la naturaleza
Él lo corrobora: “de esta filosofía hemos hecho nuestra forma de vida, obteniendo como resultado vinos exclusivos, de auténtico terroir, reflejo de lo que la naturaleza hace cuando se convive con ella de forma armónica. Viñedos sin químicos de síntesis, vinos elaborados con levaduras y bacterias autóctonas, fiel reflejo de la singularidad de los varietales de viñedos que plantaron nuestros antepasados, un legado que no debemos ni queremos perder”.
Bodega Negón es el sueño de una familia por hacer sus propios vinos desde hace más de 3 décadas. El padre de Negro hacía por aquel entonces “unos claretes fantásticos”. La formación académica de este joven enólogo se centró en el mundo del vino y la viña, con títulos de Ingeniero Técnico Agrícola en la Universidad de Valladolid, Ingeniero Superior Agrónomo en la Universidad de León, licenciado en enología por la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona e incluso completó su formación con estudios de sumiller. Así llega el año 2012, fecha en que elaboran 1.500 botellas de dos vinos utilizando técnicas biodinámicas.
De la vendimia 2016 esperan alcanzar las 8.000 botellas, una reducida producción que puede encontrarse en restaurantes españoles de la talla de Sant Pau, Arzak o Azurmendi, todos ellos con 3 estrellas Michelin. En el extranjero la bodega tiene presencia en Bélgica y Polonia.
Los vinos de Negón que actualmente se encuentran en el mercado son Rosé 2013, un rosado de varietales centenarios de la Ribera del Duero fermentado en barricas de roble francés con 11 meses de crianza sobre sus propias lías autóctonas; Negón Tinto 2012-13, mezcla de uvas tempranillo con tinta fina, albillo y garnacha de viñedos centenarios, con un paso por barrica de 16 meses; y Negón Tinto Selección Especial, con 24 meses de barrica francesa y agotado en el mercado.
Recuperar el medio rural
Como explica Negro, el objetivo del proyecto es “restaurar y recuperar nuestro maltrecho medio rural. Para ello hemos recuperado casi cuatro hectáreas de viñedo casi centenario y hemos restaurado una bodega tradicional subterránea del siglo XIX”. El enólogo se muestra convencido del potencial de los viñedos de la zona de Fuentecén y destaca la importancia de situarse a menos de 10 kilómetros del Duero y a casi 1 kilómetro del río Riaza.
Negro concluye como empieza, con otra declaración de su filosofía. “El concepto garagewine toma verdadera relevancia y significado en Bodega Negón. Nuestras humildes instalaciones demuestran que no es necesario contar con una fábrica de grandes dimensiones para hacer un gran vino”.