Sentarse ante Pedro Ruiz Aragoneses, director general de Pago de Carraovejas y Ossian Vides y Vinos, y escucharle, es contemplar cómo verbaliza todas y cada una de las muchas ideas que bullen en su cerebro. Y aunque modestamente afirma que sueña en voz alta, lo cierto es que la mayor parte de los proyectos que pergeña sin parar en la compañía vitivinícola y transmite a su interlocutor, o bien ya están en marcha o están a punto de arrancar.
Ossian Vides y Vinos es una perla más del proyecto de la familia Ruiz, la última incorporación. El viejo sueño de Jose María, el patriarca de la saga, quien siempre quiso tener un vino de su provincia segoviana y que, de hecho, lleva preocupándose muchos años por recuperar y preservar la tradición vitivinícola de esta comarca. La bodega es una joya enclavada en el municipio de Nieva, con cepas que en algunos casos alcanzan los 2 siglos de longevidad. Toda una joya a preservar; un patrimonio natural sin parangón. El terreno arenoso característico de muchos suelos al sur del Duero en las provincias de Segovia y Valladolid ejerció de frontera natural ante el avance de la plaga más dañina para el viñedo: la filoxera, lo que ha permitido la conservación de cepas autóctonas de incalculable valor en estas zonas.
Pureza de la verdejo
Ossian representa la búsqueda de la pureza de la variedad verdejo; la pretensión de elaborar un blanco de guarda diferente, singular, artesanal. Ruiz Aragoneses explica que en 2013, cuando se les presentó la oportunidad de entrar en el accionariado de la bodega, “no estaba en nuestra estrategia, pero si algo encajaba dentro de la filosofía de Pago de Carraovejas era Ossian. O eso, o empezar un proyecto desde 0”.
Viendo la singularidad de la iniciativa, el impulso de los vinos blancos y el complemento que esta bodega segoviana -con el componente emocional que ello implica- suponía a Pago de Carraovejas, la familia Ruiz decidió dar el sí. En la actualidad, Ossian posee más de 20 hectáreas de viñedo prefiloxérico en vaso de entre 100 y 200 años; y además compra a viticultores de la zona uva de cepas de características similares. Con ellos, una de las primeras medidas que se adoptó, a imagen y semejanza de Pago de Carraovejas, fue subir el precio que se pagaba a los viticultores con quienes mantienen acuerdo: de 1 euro a 1,70 euros por kilo de uva procedente de viña vieja; y de 30 céntimos a un euro para el resto. Los rendimientos son muy bajos, de apenas 2.000 kilos por hectárea.
Venta por cupos
La bodega trabaja por cupos. De hecho, no hay disponibilidad de ofrecer más vino a los distribuidores hasta octubre. “Supone un problema desaparecer del mercado varios meses, pero el cliente nos espera. No podemos ampliar la producción por ahora, que en la actualidad ronda las 200.000 botellas, porque no encontramos la cantidad necesaria de materia prima adecuada”, asevera el director general de la bodega.
Ossian comercializa 5 blancos, todos ellos con la denominación Vino de la Tierra de Castilla y León y con el marchamo de Agricultura Ecológica. Ossian, 100% verdejo y prefiloxérico, fermentado en barrica, con crianza sobre lías de 7 meses; Capitel, también fermentado en barrica y con crianza sobre lías, pero elaborado con uvas de un pago concreto de 2 hectáreas, de suelo pizarroso y de cepas de más de 2 siglos de longevidad, del que apenas se elaboran 3.000 botellas; Quintaluna de Ossian, con un 40% de viña joven y un 60% de viña vieja, criado durante 5 meses sobre sus propias lías. Además, se han incorporado 2 vinos al estilo riesling alemán: Verdling Trocken y Verdling Dulce, también de una reducidísima producción de 3.000 botellas.
En Ossian, la familia Ruiz recoge el testigo de Ismael Gozalo, quien junto con Javier Zaccagnini puso en marcha este proyecto con su primera cosecha en 2005, y tras entrar a formar parte de la sociedad con un 75% del accionariado en 2013, se ha hecho con la totalidad de la compañía a principios de 2016.
Nueva bodega
El principal proyecto en el que trabajan los propietarios es la construcción de una nueva bodega para Ossian, en la que invertirán 1,5 millones de euros. La instalación, de 1.000 metros cuadrados y que se construirá por fases, se destinará principalmente al acondicionamiento de las zonas de elaboración, buscando las mejores condiciones para lograr la máxima calidad. Las obras darán comienzo este año y estarán totalmente concluidas en tres ejercicios. Esta inversión se completará con el cerramiento de toda la parcela, que incluirá la bodega y el viñedo circundante; y la compra de viñedo en el entorno de Nieva, Santiuste de San Juan Bautista, Aldeanueva del Codonal y Aldehuela.
Ruiz Aragoneses habla del “punto romántico” que representa que justo por delante de Ossian atraviese la ruta trashumante del Cordel de las Merinas, que también recorre parte del viñedo de Pago de Carraovejas.
Líneas de investigación
Ossian Vides y Vinos dedica grandes esfuerzos a la investigación. De hecho, cuenta con varias líneas abiertas, para identificar “el ADN de la bodega”, como matiza Pedro Ruiz Aragoneses, director general de la compañía, relativas a la selección clonal de la uva verdejo con la que trabajan y plantar con esa selección las nuevas parcelas. Otra se centra en estudiar los suelos, en este caso con la Universidad Politécnica de Madrid, “para tratar de definir claramente el terroir del que partimos, para identificarlo muy bien y adaptarnos al tipo de cultivo ideal. Otro proyecto analiza la selección de levaduras autóctonas con las que trabajamos para aislar las mejores para nuestra bodega”, precisa el ejecutivo. Junto a la doctora Eva Navascués y la Universidad de Valencia, realizan un estudio sobre microbiología de suelos y fermentación; y con Horacio Peláez, técnico de la Junta de Castilla y León, investigan sobre la flora, fauna y entomofauna de la zona, porque el respeto por el medio ambiente es una de sus prioridades.
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