“Ahora celebramos lo que antes era un lamento. Jamás se hicieron concentraciones parcelarias en La Aguilera (Burgos), uno de los municipios históricos de la Ribera del Duero, con lo que se trata de uno de los pocos pueblos en los que se conservan viñas viejas del tinto fino castellano, un clon del tempranillo, con el que elaboramos todos nuestros vinos”. Quien así habla es Agustín Cubillo Solano, viticultor y propietario junto a sus hermanas de Hacienda Solano, una de esas bodegas que capitanean la otra viticultura en Ribera del Duero, la de la elaboración artesanal sin apenas mecanización, la de diminutas producciones y el trabajo a mano en pequeñas parcelas con viñedos que superan el siglo de antigüedad.
Esta bodega familiar tiene en su haber un extraordinario reconocimiento: 9 de sus vinos están calificados con más de 90 puntos por Robert Parker, el gurú del otro lado del Atlántico.
Lagar
Pero esta bodega familiar es diferente también por otras razones. Por ejemplo, que siga elaborando sus vinos en el viejo lagar de los abuelos, aunque sin renunciar a unas instalaciones remozadas, modernas y adaptadas a todas las exigencias. En la viña pocas cosas han cambiado. O ninguna, ya que se sigue trabajando como lo hacían los ancestros de los actuales propietarios.
Cada año salen al mercado 40.000 botellas procedentes de 15 hectáreas propias de viñedos centenarios, algunos que datan de 1895, todas ellas en La Aguilera. La mitad se venden en el canal de hostelería y tiendas especializadas del mercado nacional; y el otro 50% se exporta a Suiza, Alemania, Dinamarca, Polonia, EE UU y República Dominicana, principalmente.
Hacienda Solano elabora 3 tipos de vinos. Los de terruño, que son Finca Cascorrales y Finca Peña Lobera, procedentes de la viña que mejores niveles de calidad reúna en cada cosecha y sólo ve la luz en las añadas excelentes. Pasan 16 meses en barricas nuevas de roble francés y apenas 1.200 y 600 afortunados, respectivamente, pueden disfrutar de ellos cada año.
El Selección Viñas Viejas supera los 2 años de crianza, entre barrica y botella, elaborado a partir de una selección de las 15 hectáreas que poseen los propietarios en La Aguilera, con una producción en torno a 6.000 botellas de viñedos de al menos 80 años.
Y Hacienda Solano Viñas Jóvenes, que sale al mercado un año después de la vendimia y se elabora con uvas de 8 hectáreas de viñedos de 15 años. La cosecha de 2012 obtuvo 90 puntos Parker, “la puntuación más alta concedida por The Wine Advocate a un vino joven de Ribera del Duero en esa añada”, puntualiza Cubillo Solano.
Gestión ecológica
Mención especial merece Sophie Kuhn, la joven enóloga de la bodega, que cuenta con una dilatada experiencia profesional tanto en España como en otros países y desde 2003 está fincada en Ribera del Duero.
Hacienda Solano es también “la primera bodega de Ribera del Duero en certificar sus emisiones de CO2, al haber obtenido el sello ENERGCO2, que constata el dióxido de carbono expulsado a la atmósfera en el proceso de producción del vino”, precisa el viticultor.