La bodega Martín Berdugo, asentada en Aranda de Duero (Burgos), epicentro de Ribera del Duero, estrena instalaciones en la campaña de 2014, en las que se emplea únicamente la gravedad para los distintos movimientos en la bodega, entre otras mejoras, ya que se utilizan otros nuevos sistemas que le hacen ganar en calidad. Ese nuevo edificio es consecuencia del incendio que arrasó el pasado año las anteriores instalaciones en el verano de 2013.
Los inicios de esta firma se remontan más de 2 décadas atrás y son el fruto de la “continuidad en la actividad de nuestros antepasados, que pusieron en nuestras manos unos terrenos únicos y privilegiados” señala Antonio Díez Martín, gerente y enólogo de la bodega. Hace casi un cuarto de siglo plantaron el viñedo y durante esos primeros años “aprendimos a sentirlo y a trabajarlo para obtener uva de calidad”.
Historia
En el año 2000 se puso en marcha la bodega y 2 años más tarde se inició la fase de comercialización. En 2005 se amplió con la construcción de una nave de crianza y embotellado y el 5 de septiembre de 2013 la bodega sufrió un incendio que destruyó la nave de elaboración y las oficinas, por lo que en Martín Berdugo consideran un milagro ser capaces de reconstruir la nave de elaboración con las últimas tecnologías a tiempo de elaborar la vendimia de 2014. Las instalaciones se encuentran ubicadas junto al viñedo, de modo que se garantiza una rápida entrada del fruto nada más vendimiar.
La elaboración en la última campaña alcanza las 350.000 botellas -frente a las 300.000 de la anterior- si bien la firma cuenta con capacidad para elaborar hasta medio millón. Las exportaciones representan el 40% del total, aunque en 2015 la previsión es aumentar ese porcentaje, dado que se trabaja en nuevos países. No en vano, Martín Berdugo se encuentra en plana campaña de expansión con importadores en siete mercados más.
Tipos de vinos
Con la marca Martín Berdugo elaboran en Ribera del Duero 2 líneas distintas con vinos jóvenes (joven rosado y verdejo, éste último de la Denominación de Origen Rueda); y otra segunda línea con vinos con crianza, como son Martín Berdugo Barrica, Crianza, Reserva y Mb Especial. La empresa tiene una segunda marca, denominada Garzal, para la elaboración de un vino kosher y productos a medida.
“Buscamos hacer llegar al cliente vinos que reflejen la tierra de donde proceden, sin renunciar a introducir los más modernos sistemas de manejo, como son la poda en verde, aclareo de racimos, cubiertas vegetales, y guiado de la vegetación para obtener la mayor eficiencia en el aprovechamiento del sol, entre otras acciones”, explica Díez Martín.
La conciencia sostenible de la empresa se pone también de manifiesto con su colaboración con la Fundación Internacional para Restauración de Ecosistemas (Fire). En el campo, la bodega trabaja con un estricto sistema que controla 200 puntos de todo el viñedo, con una herramienta de información geográfica que permite interpretar los datos en tiempo real.
Más que vino
Martín Berdugo va más allá de su condición de bodega elaboradora de vinos. Además de desarrollar un proyecto de enoturismo “distinto, con ideas muy frescas que forma parte de una fase posterior en nuestra reconstrucción tras el incendio” puntualiza el gerente, convoca 2 concursos de Micro Relatos y Micro Cómic con los que intentan “comunicarnos tanto con personas del mundo del vino como de otros ámbitos”.
