Aunque en su origen se constituyó como una empresa agraria dedicada al cereal hace más de 2 décadas, en los últimos años el Grupo Valdecuevas se ha convertido en una compañía diversificada que cuenta con una bodega en Rueda (Valladolid) y una almazara que elabora aceite de oliva virgen extra de la variedad arbequina procedente de un olivar propio ubicado en Medina de Rioseco (Valladolid).
El Grupo Valdecuevas decidió dar el salto al sector vitivinícola y el pasado año vio la luz su primera añada de 50.000 botellas en Rueda, elaboradas con uvas verdejo y bajo la marca Valdecuevas a partir de 80 hectáreas de viñedo propio. Las variedades de uva son verdejo (80%) como principal y algunas hectáreas de viura y sauvignon blanc. El viñedo posee una edad media de 15 años y está plantado en espaldera en cuatro parcelas repartidas entre los términos de Rueda y La Seca.
Crecimiento
Una vez superado con éxito el test inicial, la bodega multiplicará por 10 la producción en esta segunda campaña para comercializar medio millón de botellas que incluirán un monovarietal de verdejo, un fermentado en barrica y otra línea de producto “que complete la gama Valdecuevas. Siempre hablamos de vinos de alta expresión y recorrido”, señala Fernando Arija, enólogo de la bodega.
Alta gama
Las instalaciones de esta empresa de Castilla y León, de nueva construcción, se sitúan en la propia finca, en el pago denominado La Pardina y se encuentran equipadas “con sistemas de elaboración modernos y versátiles, lo que nos proporciona grandes posibilidades de elaborar un producto de alta gama”, explica Arija. La bodega posee las últimas tecnologías en la elaboración de vinos blancos, en su recepción, prensado, almacenado y producto terminado, a la vez que controlan temperaturas y atmósferas de forma automatizada. “Somos muy exigentes en el manejo de las viñas, respetando el medio natural a la vez que intentamos implantar las mejores técnicas de cultivo, todo a favor de nuestro producto y cliente”, asegura Arija.
Una de las claves del éxito de estos vinos se encuentra en el suelo al tratarse de un terreno pedregoso, repleto de cascajos provenientes del aluvión que deja el río Duero a su paso por la zona. La aireación permitida por los cascajos en conjunción con el especial microclima de la zona con inviernos secos y muy fríos con veranos calurosos pero con noches frescas “da como resultado una uva de primerísima calidad”, puntualiza el enólogo.
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