En foros sobre innovación, habrán escuchado en bastantes ocasiones durante los últimos meses el término RIS 3 (Research and Innovation Smart Specialisation Strategy – Estrategia de Especialización Inteligente en I+D). Para los más profanos en esta materia, la RIS 3 no es más que un análisis que cada región europea debe realizar sobre la potencialidad de desarrollo en sus principales áreas de actividad y ámbitos de investigación e innovación.
Más allá de este mero ejercicio que pudiera contener un simple análisis DAFO y un inventario de infraestructuras y polos de conocimiento e investigación en cada territorio regional, la Unión Europea ha querido priorizar este instrumento para que las regiones de los Estados miembros puedan acceder a los dos grandes paquetes de financiación europea ligada a la innovación, los Programas operativos con fondos estructurales y el marco de apoyo a la innovación en programas en concurrencia competitiva (Horizon 2020), ambos hasta el año 2020. La cifra estimada para estos 2 grandes programas para los próximos 6 años se aproxima a los 200.000 millones de euros.
Invertir de forma eficiente
En definitiva, lo que viene a señalar la UE es que los recursos puestos a disposición de los Estados y regiones a través de la UE para fomento de la competitividad deben invertirse de forma eficiente, procurando no solapar esfuerzos que ya se han realizado por otras regiones e invirtiendo en el desarrollo de sectores de actividad en los que la zona en cuestión tenga un entorno favorable para ello.
Según esta estrategia, se procura evitar que todas las regiones inviertan en el sector emergente de tendencia en algún momento, generando así un evidente solapamiento en infraestructuras (en muchos casos infrautilizadas) y una ineficiencia en la aplicación de fondos estructurales, de ahí que se hable específicamente de especialización inteligente.
Colaboración público-privada
En Castilla y León, venimos trabajando en colaboración público-privada para el diseño de esta Estrategia Regional. La Estrategia ya se ha aprobado y establece una serie de sectores afectados a su vez por unas tecnologías, sobre los que priorizar el desarrollo industrial y la inversión en infraestructuras.
El trabajo en la especialización sectorial se debe seguir sustentando en parte sobre el desarrollo de los clusters, ejes sobre los que se pueden asentar las iniciativas de proyectos innovadores basados en desarrollos de tecnologías transversales a todos y cada uno de los sectores que Castilla y León ha priorizado en su RIS 3: la automoción (transporte), el sector agroalimentario, el sector de la salud, el Hábitat y los recursos endógenos, la energía, y el Patrimonio y la Lengua Española. Junto con estos 6 sectores, las TICs deben considerarse como un sector de actividad en sí y no únicamente como una tecnología transversal.
Junto con la política de fortalecimiento de los clusters, que se deben alienar de la forma más razonable con los sectores RIS de Castilla y León, debemos mejorar en la transferencia tecnológica para cubrir los huecos generados entre demanda tecnológica de nuestra industria y oferta tecnológica de nuestros centros de conocimiento. Este proceso dará pié a un sistema más potente de emprendimiento innovador, aprovechando así las oportunidades de mercado en esos sectores en proyectos de base tecnológica.
La Red de Innovación Empresarial de Castilla y León que integra a clusters, empresas tractoras, universidades y la propia Junta de Castilla y León se constituirá así en una plataforma para ejecutar una policía de colaboración público-privada en el entorno de la innovación sectorial y la Especialización Inteligente que promulga la RIS 3.