Una de las industrias estratégicas de Castilla y León sobre las que en ocasiones hemos debatido en este blog es la maderera. Desde el inicio de la crisis, la madera y todos sus subsectores afectos (aserrío, biomasa, mueble, tablero, sector forestal,…) han vivido una época profundamente convulsa en el país y especialmente en nuestra región.
La dependencia que este sector tiene de la construcción ha provocado que desde el año 2007 las industrias regionales ligadas a la madera hayan ido sufriendo un lamentable proceso de pérdida de actividad reflejada en cierres de empresas y pérdida paulatina de empleo, especialmente sensible en las comarcas más ligadas a la madera en las provincias de León, Burgos, Valladolid, Segovia y Soria. No me estoy refiriendo únicamente a las crisis empresariales y mediáticas de las grandes industrias del sector en Castilla y León, como Puertas Norma, Interbon o Interpanel, todas empresas sobre las que se sigue trabajando en una solución industrial; me refiero también a tantas y tantas empresas y empresarios de perfil pyme y micropyme que han visto su futuro tambalearse en este segmento por el tsunami de la crisis provocado por el derrumbe de la construcción.
Estrategia
Las empresas de mayor tamaño dentro de este sector en Castilla y León carecían en la mayoría de los casos de una estrategia que aplacara los efectos de una crisis tan agresiva y feroz como la que estamos sufriendo. Poca flexibilidad, poca capacidad exportadora y producto poco innovador. Igualmente, el mercado español de los subsectores madereros ha venido asistiendo a un proceso de progresiva concentración y reestructuración. Hay menos grupos líderes con mayor control del mercado.
En Castilla y León tenemos la ventaja del acceso dentro de esta industria a la materia prima. Hay capacidad forestal y la actividad que deriva de esta capacidad es intensiva en mano de obra, en empleo. El problema viene en la viabilidad de los negocios industriales madereros, que se ven abocados en su casi totalidad a mirar hacia los mercados exteriores si quieren ser competitivos y mantener actividad y empleo.
Sin embargo, esa competitividad se pierde en los mercados exteriores por varias razones: los costes energéticos son altísimos en comparación con otros países, la dureza de una moneda como el euro, lo que supone un problema a la hora de colocar productos en países dolarizados y, finalmente, en muchos casos se necesita de productos más innovadores para atacar y competir mercados en los que evidentemente no somos competitivos en el segmento low cost.
En este escenario, y con las variables fijas con las que contamos (coste energético, moneda poco competitiva), se hace si cabe más importante tener acceso a materia prima en condiciones económicas razonables. La madera existe, está en nuestros montes y tenemos la posibilidad de explotar esta actividad; sin embargo, el sistema no será viable si la madera se adquiere en una lamentable espiral inflacionista para la industria, la cual no podrá colocar producto en el mercado exterior al tener que soportar los elevados costes energéticos y al tener que trasladar al mercado el incremento especulativo de los precios de la madera.
Regular el mercado
En esta tesitura, la labor de las administraciones puede ayudar a regular el mercado haciendo un esfuerzo por incrementar la oferta de madera para lograr una reducción del coste de la materia prima para las industrias. De nada o poco sirve que se procuren soluciones industriales si por otro lado estamos asistiendo a un progresivo incremento de precios que a nadie interesa. ¿O sí?
Los municipios tienen un papel fundamental en este proceso a la hora de entender el sistema y apoyar el abastecimiento de madera a la industria a precios competitivos (competitivos para la industria…). La Junta de Castilla y León juega un papel también importante. En este sentido, las consejerías con mayor responsabilidad en la tarea industrial maderera (Fomento y Medio Ambiente y Economía y Empleo) han coordinado actuaciones para generar un entorno adecuado para este tipo de industria.
Especialmente, la Consejería de Fomento y Medio Ambiente está realizando un esfuerzo encomiable a la hora de avanzar hacia un sistema más vanguardista de gestión de la materia prima para las industrias. En este sentido, está procurando más volumen de madera para controlar así movimientos especulativos y para dotar al mercado de materia prima generando empleo directo e inducido, y acudiendo a licitaciones más largoplacistas para dotar de mayor estabilidad a las industrias madereras necesitadas de un stock permanente de producto para su fabricación y exportación.
Carlos un acertado análisis compartido plenamente.
Muchas Gracias