Alfonso Fernández Mañueco, presidente de la Junta, presentó este lunes en Valladolid el Hub de I+i en Salud de Castilla y León, con el objetivo de que sea un punto de encuentro entre profesionales y sirva de palanca de transformación del modelo sanitario, productivo y social de la comunidad autónoma.
Asimismo, dio a conocer el Plan de Investigación e Innovación en Salud 2023-27, elaborado con una participación amplísima, con la intención de apoyar a los investigadores y a los innovadores sanitarios. El objetivo del Gobierno autonómico es duplicar la masa crítica de investigadores en salud, pasando de 1.000 a 2.000 en Castilla y León. Se trata de una estrategia para promover que los profesionales sanitarios participen más en tareas investigadoras y se aumentará en 200 los empleos de personal investigador y de apoyo a la I+i.
2 nuevos centros en León y Burgos
Además, se duplicará el número de grupos de investigación y también de los institutos de investigación sanitaria. En este sentido, está previsto la creación de 2 nuevos centros en León y Burgos, que se sumarían al IBSAL en Salamanca, que tantos reconocimientos ha cosechado, y al iBioVALL en Valladolid, que ha iniciado recientemente su andadura. En el marco de estos institutos, movilizará en torno a 30 millones de euros en investigación sanitaria en Castilla y León, creando así una red colaborativa entre ellos y el resto de las estructuras investigadoras del sistema autonómico de salud, en conexión también con universidades y otros centros de investigación.
Fernández Mañueco destacó que Castilla y León es una potencia en el sector biosanitario-biotecnológico, donde sobresale la investigación e innovación farmacéutica, tecnología digital, genómica y terapias avanzadas. Esta fortaleza, a su juicio, reside tanto en el propio sistema de salud de la región -uno de los mejores de España- como en la presencia de un gran número de empresas punteras y con enorme potencial.
Por ello, reiteró el apoyo del Ejecutivo autonómico a las empresas del sector para que puedan invertir y desarrollar sus proyectos. Y, también, impulsará la colaboración público-privada con este potente sector. Todo ello redundará en beneficio de los pacientes; se beneficiarán mucho antes de tratamientos pioneros en fases experimentales seguras y habrá más ensayos clínicos para ellos, y también mejores guías de práctica clínica.
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