De la España Vaciada a la España de las Oportunidades, que es así como muchos emprendedores ven las zonas rurales para fundar sus negocios, y mediante una moderna y dinámica estrategia, conquistar los mercados nacional e internacionales.
En una comunidad autónoma como Castilla y León, con 2.248 municipios, la pujanza de estos empresarios rurales es vital para generar empleo y riqueza en las zonas periféricas. Que se lo digan a José Manuel Arnáiz, de La Majada de Barcina, que, desde Barcina de los Montes, un pueblo de Burgos con 30 habitantes, comercializa queso y lechazo ecológico, quien se muestra tajante: “todo lo que comemos sale de la tierra, que está en los pueblos. Son activos que no puedes deslocalizar”.
Por su parte, Sandra de Blas, CEO de Natursnacks, empresa dedicada a la fabricación de snacks de frutas y verduras deshidratadas en Pedrajas de San Esteban (Valladolid), abunda en este argumento y enfatiza que, para su negocio, “todo son ventajas. Menores costes de alquileres o suministros, buenas comunicaciones y un pueblo de 3.500 habitantes con todos los servicios. Y además, el entorno rural permite contar con personas con destreza para realizar procesos artesanales como el nuestro”.
Otro caso es del Guijuelo Gourmet, muy volcada en los mercados internacionales desde su sede en Campillo de Salvatierra (Salamanca). El mundo rural, por lo tanto, tiene muchas ventajas a explotar y aquí exponemos tres casos de éxito.
Guijuelo Gourmet
Guijuelo Gourmet nació hace 9 años de la amistad entre Jaime Elena Martín y Eduardo Marcos López, socios fundadores de esta compañía, que con una plantilla de 30 trabajadores, facturó 12 millones de euros en 2022 y prevé alcanzar unas ventas de 16 millones en el presente ejercicio. “Fundamos la empresa con mucha ilusión, poco capital y apostando por el mundo rural. Encontramos el hueco en el mercado de la carne fresca y, en la actualidad, somos una empresa exportadora, que está presente en unos 25 mercados diferentes”, señalan los empresarios, que detallan que cerca del 35% de su facturación procede de los mercados exteriores, sobre todo Asia y Europa -Taiwán, Corea del Sur, Holanda y Alemania, principalmente-, con el objetivo de que este porcentaje crezca hasta el 50% en 2023.
Su estrategia de crecimiento pasa por continuar con la apertura del mundo del ibérico a la exportación, desarrollar nuevos y mejores formatos y líneas de producto innovadoras, como la quinta gama especializada en retail y hostelería, y un crecimiento moderado de las granjas propias.
Los responsables de Guijuelo Gourmet, ubicada en Campillo de Salvatierra (Salamanca) y que aúna la tradición familiar de la crianza y producción del cerdo ibérico con la innovación y los métodos más modernos, subrayan su apuesta “por el empleo y el desarrollo del mundo rural y de las mujeres” y apuntan que las ventajas que puede aportar el competir desde el mundo rural “son varias, entre ellas, la agilidad administrativa, la cercanía y confianza con nuestros trabajadores, ya que la mayoría son del propio pueblo, y la implicación desde el Ayuntamiento”.
En cuanto a la innovación, explican que su estrategia pasa por “seguir de la mano del Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (Itacyl), continuar estudiando con ellos las mejoras necesarias para ser más competitivos y explorar nuevas tecnologías y formatos”. Además, resaltan que la aportación de Tierra de Sabor “es muy importante para los productores de nuestra comunidad autónoma. La visibilidad en sus acciones y presencia en ferias es un trampolín para las empresas”.
La Majada de Barcina
José Manuel Arnáiz y su mujer Beatriz Isabel Gómez Viadas capitanean La Majada de Barcina y ya desde 1987 trabajando con las ovejas que tenía el padre de José Manuel, elaborando queso. 15 años después accedieron al mundo ecológico, primero certificando las tierras, luego los animales y por último el producto. Así, desde 2011 comercializan todos sus quesos (unas 4.000 unidades al año en un único formato) y hasta 1.000 canales de lechazo, con certificado ecológico. La mayor parte de la producción se vende en la zona y también Castilla y León. La empresa cuenta con tienda online a través de la cual venden casi el 10% de la producción.
El matrimonio está apoyado en el negocio desde 2018 por su hijo y su nuera, además de una trabajadora externa a la familia. “Hemos decidido no crecer y producir lo que podamos controlar”, asegura Arnáiz, quien añade que su objetivo se centra en mejorar la calidad y los procesos, “algo que ya venimos haciendo en los últimos años”.
La Majada de Barcina cuenta con 600 ovejas madres y 100 hectáreas, también certificadas con sello ecológico, lógicamente para dar de comer a los animales. La empresa factura unos 200.000 euros anuales.
Arnáiz subraya que sí han observado que la demanda de los productos ecológicos ha crecido en los últimos tiempos. Y sobre el debate del mayor precio del producto ecológico frente al convencional, enfatiza que, si se compra “directamente al productor, no es más caro, ya que la forma de producción es más rentable y eficiente”.
La Majada Barcina ha creado su reputación con su propia marca y su principal responsable pone en valor la labor de investigación que han desarrollado con un técnico “que nos ha abierto el camino”; y universidades y que ha servido, en buena medida, “para llegar donde hemos llegado con nuestros productos”. Arnáiz lamenta que no hay técnicos para el campo, ya “que en su mayor parte son reclutados por grandes empresas”.
Natursnacks
Alimentos Deshidratados Españoles, cuya marca es Natursnacks, es una joven empresa que inició su actividad en 2016 y se dedica a la fabricación de snacks de frutas y verduras deshidratadas a baja temperatura (para que no pierdan sus propiedades), sin conservantes ni aditivos. “El valor añadido está en promover hábitos saludables con el consumo de fruta y verdura, y además dar uso a productos que, por algún defecto en su aspecto no podrían venderse en fresco”, explica Sandra de Blas, su CEO, quien cuenta que la idea del negocio surgió cuando tenía poco más de 20 años en un concurso de emprendedores, momento en el que conoció de forma casual el mundo de los deshidratados y lo planteó como un proyecto hoy convertido en empresa que factura en torno a 150.000 euros, da empleo estable a 4 personas, con picos de trabajo que obligan a ampliar la plantilla hasta la media docena de trabajadores, y una producción de 8.000 kilos al año de producto ya seco, con referencias de verdura (tomate y chips de kale ecológicos, que es la especialidad de la firma); y fruta, como manzana, fresa, piña, mango, kiwi o naranja.
De Blas pone en valor que trabajan el producto de temporada, y en algunos casos, como en las fresas, con agricultores de cercanía, pues las plantaciones de este fruto distan poco más de 10 minutos de las instalaciones de Natursnacks.
La innovación les ha permitido optimizar los procesos, disminuir el desperdicio y aprovechar subproductos. “Todo lo que tiene agua se puede deshidratar, así que hay infinidad de posibilidades que con tiempo y con el negocio estabilizado podremos acometer y crear nuevos productos muy interesantes”, sostiene la emprendedora.
Digitalización
“Somos una empresa en crecimiento y para nosotros la digitalización es esencial. De hecho, comercializamos un 25% de nuestros productos a través de nuestra tienda online. Nuestros principales mercados son grandes ciudades, pues elaboramos referencias muy alternativas y menos consumidas en el ámbito rural. Exportamos un 20% a países como Francia, Italia, Bélgica, Hungría y Dinamarca y queremos que ese porcentaje crezca, pues en esos mercados el consumo de nuestros productos es muy habitual”, enfatiza De Blas.
La joven empresaria se define como “defensora de mi tierra, de trabajar aquí e ingresé en Tierra de Sabor sin pensar lo que me podría ofrecer, pero me he dado cuenta de que es muy importante para empresas como la mía el respaldo de una marca así, poder asistir a ferias y otros eventos”. La CEO de Natursnacks añade: “necesitamos crecer como empresa y buscamos colaboraciones comerciales. Tenemos un gran producto pero la comercialización es complicada”.
900 empresas y 6.000 productos
Tierra de Sabor, la marca de garantía de los alimentos de calidad de Castilla y León, está presente en cerca de 900 empresas, con 6.000 productos que lucen su logotipo, el famoso corazón amarillo, en su packaging. Un valor añadido de este marchamo lanzado por la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural de la Junta de Castilla y León en 2009 es que las empresas acogidas son fundamentalmente pymes ubicadas en el medio rural, a las que ayuda en la difusión y promoción de sus productos. Dentro de éstas, destacar además la presencia de un nutrido grupo de pequeñas industrias de artesanía alimentaria (1 de cada 4), que requieren de un gran apoyo para poder competir frente a ofertas rivales de grandes compañías. Por sectores, destacan las carnes, tanto frescas como transformadas, seguidas de vinos, derivados de cereales, lácteos, frutas y hortalizas o legumbres, entre otros.
Promoción en ferias
Para respaldar el crecimiento de estas pymes agroalimentarias, que son estratégicas para fijar población en las zonas rurales, además de crear riqueza y empleo en esas poblaciones, el expositor institucional de Tierra de Sabor participará en 2024 en las ferias más importantes del sector en España con el objetivo de apoyar a estas empresas en la promoción de sus productos y la apertura de nuevos mercados, así como facilitarlas el contacto comercial con los profesionales que acuden a estos certámenes. Así, el próximo año el stand del corazón amarillo estará presente en Barcelona Wine Week, Meat Attraction, Alimentaria, Salón de Gourmets, Salamaq y Fruit Attraction.
En este espacio gestionado por la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural tienen cabida desde empresas agroalimentarias hasta consejos reguladores de denominaciones de origen e indicaciones geográficas protegidas, así como el Consejo de Agricultura Ecológica, asociaciones de vinos de calidad, gestoras de marcas o de vinos de la tierra, la Asociación de Artesanos Alimentarios de Castilla y León, las asociaciones de productores agroalimentarios y los consorcios de empresas.
Más información en el número de julio-agosto de la revista Castilla y León Económica
