Caja Rural de Salamanca cumple su objetivo de crecimiento con un resultado bruto de 9,06 millones de euros en el ejercicio 2022, con el que aumenta un 23,29% con respecto al año anterior, el mejor de su historia.
La causa principal de este buen resultado es el aumento en inversión crediticia de un 11,85%, muy por encima de la media del sistema financiero, llegando a un importe de 634 millones de euros, propiciado por el apoyo que Caja Rural de Salamanca ha dado tanto al tejido empresarial, como a autónomos y particulares, en un año complicado por las diferentes circunstancias económicas acaecidas.
Resultado de 6,97 millones después de impuestos
El resultado después de impuestos en el ejercicio 2022 es de 6,97 millones de euros, con un incremento de un 24,09%.
Es significativa la mejora en todos sus márgenes teniendo especial importancia el margen de intermediación con un aumento del 24%. El margen de explotación se sitúa en 9,68 millones, lo que supone un aumento del 45,62% con respecto al cierre de 2021, ratificando así la gestión realizada.
Destaca el incremento del volumen de negocio (que engloba tanto inversión crediticia, como depósitos a la clientela y recursos de terceros captados fuera de balance) en un 6,40% respecto al ejercicio anterior, alcanzando la cifra de 2.100 millones de euros.
El activo total asciende a 1.279 millones de euros en 2022, lo que supone un crecimiento del 5,03% respecto del ejercicio anterior.
Aumento de depósitos
De otro lado, como testimonio de la confianza de los clientes en la entidad destaca la cifra de 1.125 millones de euros en depósitos a la clientela, resultante de un incremento del 4,69% respecto del ejercicio anterior.
La solidez de Caja Rural de Salamanca y la salud financiera de la entidad lo confirma una ratio de morosidad, que cerró en 2022 en un 1,92%, inferior al 2,14% que reflejaron los datos en 2021. En el mismo sentido, hay que valorar una ratio de cobertura de los saldos considerados como dudosos del 82,47%.
Recursos propios
Obtiene superávits en recursos propios de 83 millones y supera las necesidades de capital del nivel I y lo exigido en capital total en 67 millones. Ello da un ratio de solvencia que alcanza el 22,75%, muy por encima de lo requerido por CET1 como en solvencia total. Destacar las ratios de apalancamiento y de liquidez (LCR – Liquidity Coverage Ratio), que se situaron en 2022, respectivamente, en un 10,38% y 935,59%. Todos estos ratios si se comparan con el resto de entidades del sistema financiero dan la imagen sólida que tiene Caja Rural.
El 68,90% de las operaciones de sus clientes son por canales digitales, destacando los colectivos de jóvenes y empresas que los usan casi en exclusividad. Estos datos demuestran la adaptación de la entidad a las necesidades de las diferentes tipologías de clientes, todo ello sin cerrar oficinas y dando un servicio presencial.
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