Recientemente tuve la suerte de compartir mesa y mantel con 2 de los empresarios más importantes de Castilla y León, con fábricas en varios países de 3 continentes. Fue en una jornada organizada por EFCL y, sin esperarlo, asistí a una inteligente conversación llena de sentido común y cuyas lecciones quiero compartir con ustedes, eso sí, sin descubrir la identidad de los protagonistas al tratarse de una charla privada, cuyas enseñanzas estoy seguro que no les importa que comparta con mis lectores.
1/ “Los negocios tienen que ser estúpidamente sencillos”. Argumentan que la crisis ha afectado sobre todo a las empresas y entidades financieras que bajo la apariencia de modelos sofisticados e ingeniería financiera vendían humo y a la primera dificultad han tenido que cerrar sus puertas. “Esto es muy sencillo. Vendo un producto o servicio con un margen razonable, con lo que mis ingresos superan a los gastos y así puedo volver a invertir para crecer. Eso es todo, lo demás son fuegos artificiales que no aguantan el mínimo envite”.
2/ “Si estás enamorado de tus instalaciones y haces caso en todo a tus técnicos, estás muerto”. Defienden que la inversión en las fábricas debe de estar ajustada al máximo teniendo siempre en cuenta que debe amortizarse en el menor tiempo posible. Están en contra de factorías y sedes onerosas diseñadas por arquitectos y técnicos que lo último que tienen en cuenta es la rentabilidad de la inversión. “A mí no me gustan las fábricas más grandes ni las más bonitas, sino las más rentables”.
3/ “Para ser competitivo desde España, la exigencia en la gestión es máxima”. Advierten que las cargas fiscales, los trámites burocráticos, la inseguridad jurídica en determinados sectores y los costes energéticos, entre otros aspectos, provocan que las empresas españolas tengan desventaja respecto a las de otros países. Por eso, hay que ser más eficientes que la competencia extranjera si se quiere abordar los mercados exteriores con cierta garantía.
A alguno estas sencillas máximas le parecerán una perogrullada, pero en los últimos años he conocido a varios empresarios que por no aplicar estos sabios consejos tuvieron que cerrar sus negocios. Además, debemos de tener en cuenta que quienes los pronuncian controlan compañías que facturan cientos de millones de euros y generan miles de empleos. Por algo será.
¡Muy, pero que muy correcto!. La elegancia del talento. Lo sencillo y práctico nunca muere, sin “orejeras”. Como a mí me gusta.
Un cordial saludo
Hola Ángel Luis:
Como en el minimalismo, a veces en los negocios ‘menos es más’. Gracias por participar en este blog. Un abrazo.
Las lecciones de estos empresarios y seguro que alguna más, como hizo Jesucristo con los diez mandamientos, se pueden resumir en una sola:
– Pon tu empresa bajo la protección de los gobiernos de turno. Así podrás:
+ Hacer negocios simples, pues dispondrás de información privilegiada.
+ No hará falta que adaptes tus instalaciones a las normas que sí afectarán a los demás. En caso de que haga falta, recibirás cuantiosas subvenciones para realizarlo.
+ Exigencia en la gestión: Que afectará sobre todo a tus competidores y no tanto a ti, pues al ser una grandísima empresa no habrá político que se atreva a poner en peligro los puestos de trabajo que creas. Y en última instancia, siempre habrá algún acuerdo con el que pagar lo que se quita con la otra mano.
El Poder, sólo el Poder, siempre el Poder… ¡Viva la igualdad de oportunidades!
Hola Ángel:
Desde luego que los dos empresarios con los que mantuve la charla no se corresponden a la figura del que describes en tu comentario. Ellos también sufren las ineficacias de nuestra Administración y si han conseguido desarrollar grupos empresariales ha sido por su trabajo y acierto. Si llegan a esperar a algún favor político para triunfar, seguro que ahora estaban arruinados. Un abrazo y gracias por participar en este blog.
“Sencillo”, no significa “fácil” ni “iletrado”. En un entorno tan complejo cómo el actual “sencillo” es igual “alto grado de conocimiento de producto y entorno”. El típico ejemplo es los vuelos “low costs”.
La rentabilidad más alta de una instalación se produce cuando la instalación vale “cero”. Dónde están las instalaciones productivas de “Apple”? En manos de otros…La primera valoración de inversión productiva es si realmente es necesaria.
Si eres competitivo en España puedes competir en cualquier lugar. Pero hay que poner medios y voluntad, nadie va a venir a comprar. Y si viene… ten por seguro que también esta visitando a tus competidores.
Un debate muy interesante, …cómo siempre
Excelente trabajo Alberto!
Hola:
Como muy bien dices, sencillo no significa fácil ni iletrado, sino hacer las cosas de la forma más simple buscando la máxima rentabilidad. Ya tenemos el mercado para que nos complique la vida. Un abrazo y muchas gracias por participar en este blog.