Oporto es una ciudad decadente e intrincada que hay que pasear y descubrir con iglesias rotundas y callejuelas empinadas. Uno de sus mayores encantos es su fachada fluvial, a un lado del Duero sus casas marineras de colores deslavados por largos días de lluvia, al otro las bodegas de Vila Nova de Gaia levantadas con piedra 2 siglos atrás.
Pero si se contagia de saudade, también puede ver el incesante trasiego de nubes que pintan la ciudad de todos los matices del gris desde cualquier habitación del Hotel Yeatman. Con categoría de 5 estrellas, perteneciente a la cadena Relais & Chateaux y construido hace solo 5 años, este lujoso establecimiento volcado sobre el Duero ofrece la mejor panorámica de Oporto, tanto desde sus inmensos ventanales de las estancias y zonas comunes, como desde sus atractivas terrazas y piscina exterior, para gozar en el buen tiempo. Esta vista privilegiada se puede observar incluso desde la bañera de las habitaciones, todas ellas acogedoras y muy confortables. Lo mismo que su amplia cafetería con chimeneas donde degustar de excelentes oportos y vinos del Duero por copas. El desayuno bufé, de gran calidad, con quesos, fiambre y repostería autóctona, se disfruta en un comedor con vistas al puente de Eiffel.
A destacar el restaurante para las cenas que cuenta con 1 estrella Michelin. Aunque fue catalogado como el mejor Spa de Europa, afirmación exagerada por la falta de equipación de sus instalaciones, es recomendable experimentar algunos de sus tratamientos con productos de Caudalie.
Posee un buen gimnasio, parking y una bodega subterránea donde atesoran 1.300 referencias y que pueden adquirirse. No podrá resistirse.