Para disfrutar de una de las zonas de la capital vizcaína que mayor transformación ha sufrido en los últimos años, uno de los establecimientos ideales es el Meliá Bilbao, con categoría de 5 estrellas, porque ofrece confortabilidad y buena ubicación. No en vano se encuentra situado a pocos pasos del Palacio de Euskalduna, donde muchos de sus visitantes se alojan para asistir a la temporada de Ópera, y del Museo Guggenheim, que siempre sorprende con exposiciones itinerantes de gran interés.
Además, está próximo a una nueva zona residencial muy cuidada y arbolada, con varios espacios recuperados y bañados por la ría que ha recobrado parte de su esplendor original, y a pocos minutos del centro de la ciudad, que ha reconquistado el gusto por el bon vivant y atrae a un turismo cada vez más cosmopolita. La construcción del Meliá Bilbao no desmerece la zona donde se encuentra, ya que se trata de un edificio con personalidad propia, realizado con una piedra singular de un cálido color anaranjado.
Lo más sorprendente es su hall con un espacio diáfano que supera los 40 metros de altura. Mediante un ascensor acristalado, que permite disfrutar de una espléndida panorámica del lobby, se accede a las habitaciones, muy amplias y cómodas, con grandes camas y baños bien equipados con ducha y bañera y decorados en mármol. El hotel ofrece gimnasio y parking. El desayuno se sirve en un comedor espacioso y muy luminoso. Se trata de un bufé con mucha variedad, pero de escasa calidad para la categoría del establecimiento.