Yemas Santa Teresa proyecta volcarse en la elaboración de platos preparados quinta gama, que son los alimentos que pueden consumirse sólo con calentarlos, en la versión monodosis para atender la nueva demanda del mercado y que serán lanzados en 2011. Ya a finales del pasado año, la empresa abulense amplió su oferta al comercializar alimentos en vidrios como morcillo y albóndigas de ternera, escalivada, pisto, pato a la naranja y con salsa de ciruelas y rabo de toro. Dentro de las 65 referencias que posee, sus productos estrella siguen siendo el membrillo y el huevo hilado. La compañía, que destina a I+D+i hasta el 8% de su facturación, prevé incrementar un 17% sus ventas en 2010 hasta situarse en los nueve millones de euros. De esta forma, su crecimiento en los últimos tres años se sitúa en el 43%.
Tiendas
Su otra línea de negocio son las tiendas al disponer de cuatro establecimientos denominados Centros Gastronómicos, tres en la capital abulense y otro en Aravaca (Madrid), donde además de comercializar sus productos ofrecen una sala de degustación con una selección de más de 400 alimentos gourmet.
150 aniversario
La historia de Yemas de Santa Teresa comenzó a escribirse en 1860, cuando abrió sus puertas la pastelería La Flor de Castilla en una céntrica calle de Ávila. Desde entonces, el nombre de esta firma, que cuenta con una plantilla de 85 trabajadores con la previsión de alcanzar los cien, ha conseguido hacerse un hueco en el complicado mercado de la alimentación y afianzar sus productos. En 1989, la compañía fue adquirida por el empresario Julián Gil, que implementó un ambicioso plan de expansión basado en la innovación y la diversificación de su catálogo. El pasado mes de octubre la compañía celebró su 150 aniversario, en un acto que contó con la presencia de Juan Vicente Herrera, presidente de la Junta.
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