Cuando como base para un buen caldo se utiliza una completa formación en las escuelas de hostelería de Madrid y Santiago de Compostela (La Coruña), a la que se añaden pizcas de sabiduría adquiridas en restaurantes de reconocido prestigio internacional como Ábac, Sant Celoni o Racó de Can Fabes, estos 2 últimos bajo la dirección del célebre cocinero catalán Santi Santamaría fallecido en 2011, el resultado es la sugerente propuesta gastronómica Trigo. Abrió sus puertas en el corazón de Valladolid en 2007, en el preludio de la crisis, “como salida natural a una trayectoria en la que las inquietudes no cesaban”.
Productos de la tierra
Capitaneado por el chef Víctor Martín y la sumiller Noemí Martínez, el establecimiento se basa en unas líneas de trabajo muy definidas marcadas por el mimo al producto de la tierra, el cuidado de los detalles, la elaboración de platos sencillos presentados de una forma muy actual y la ausencia de barra, “algo arriesgado en una ciudad que ha hecho una fuerte apuesta por la tapa”. Pero la idea cuajó: “cuando tienes claro donde te metes y cuentas con un equipo como el nuestro, compuesto por doce personas, que es piedra angular del restaurante, poco a poco vas desarrollando el negocio con trabajo y esfuerzo. Sin esto y un poco de suerte sería imposible llegar donde estamos en este momento”, comentan los propietarios de Trigo. Al tiempo que se fueron cumplían los objetivos fueron llegando los reconocimientos, como el de Mejor Restaurante por la Academia Castellana y Leonesa de Gastronomía y Alimentación, los dos soles Repsol y la estrella Michelin. “A partir de estas distinciones te conviertes de alguna manera en referente y la gente te da una oportunidad”, explican.
Cliente internacional
Precisamente, entrar en el firmamento de una de las guías gastronómicas más reputadas le ha aportado regularidad en las reservas durante toda la semana y un atractivo adicional para la clientela tanto local como internacional, que se acerca a su comedor a probar su Foie de frutos rojos, Arroz ibérico, Steak tartar modo Trigo o el Pichón con trigo, sus platos más demandados. Su carta cambia cada tres meses para incluir productos de temporada y entrantes y postres novedosos de la mano de Henar Cuadrado, su jefa de Repostería, que les acompaña desde los inicios del restaurante.
El vino juega también un papel fundamental en la oferta de Trigo, que dispone de doce mesas y una bodega compuesta por 300 referencias de múltiples países. “Somos atípicos, pues nuestra oferta incluye propuestas no tan conocidas por el cliente pero que tienen una elaboración espectacular. Queremos promover otras cosas”, aseguran. En este contexto se enmarcan sus jornadas sobre enoturismo para cerca de 30 personas en las que se muestran y maridan vinos diferentes “con mucha personalidad”, de los que se explican sus características, el terruño del que provienen o su envejecimiento, entre otras cuestiones.
Trigo eventos
Trigo ha desarrollado una línea de negocio basada en un servicio de catering para eventos institucionales, empresariales o familiares caracterizado por la creatividad culinaria, así como catas gastronómicas y de vinos “con el protagonismo de los productos de Castilla y León”, explican Víctor Martín y Noemí Martínez, propietarios de este restaurante. Además, tiene una oferta para grandes grupos en el Convento de los Agustinos Filipinos de Valladolid, “un espacio que reúne todos los requisitos necesarios para celebrar acontecimientos privados o de negocios y una de las joyas del patrimonio neoclásico vallisoletano”.
Más información en el número de agosto de la revista Castilla y León Económica
