Prevemont protege a alrededor de 14.000 trabajadores y da servicio a más de 1.400 empresas en Castilla y León, donde tiene especial presencia en Valladolid, Salamanca, Palencia, León y Burgos. Este último número se eleva en España hasta las 6.000. En 2013, la sociedad de prevención de Mutua Montañesa mantuvo su cifra de negocio, que superó los 5,5 millones de euros, de los que el 20% corresponde a nuestra comunidad autónoma.
“El entorno de crisis nos está afectando doblemente. Por un lado, con la caída del volumen de empleados de las compañías y la destrucción de tejido empresarial, que lleva consigo la desaparición de empleo y de trabajadores cubiertos. Por otra, estamos experimentando la disminución de los precios fruto de las políticas de recorte de costes y de operadoras que venden incluso por debajo de costes. En la administración, también se están viendo concursos con precios imposibles”, asegura Isabel Sandoval, administradora única de Prevemont, que dispone de más de un centenar de profesionales “con la mejor formación y con gran experiencia en la materia”, de los que una quinta parte trabaja en la región.
La mayor parte de sus clientes demandan conciertos integrales de todas las actividades preventivas -medicina del trabajo, seguridad, higiene industrial y ergonomía y psicosociología-, parciales y por separado, la realización de estudios específicos, conciertos de alta dedicación y formación en materias preventivas.
Formación
“La gran empresa da un paso más allá del plan de prevención y tiene sus propios sistemas acreditados y certificados. Así, a nosotros nos demanda nuevos productos distintos a este programa, como formación y servicios de apoyo a sus planes de prevención propios o departamentos de prevención con actividades puntuales que requieren mayor cualificación y medios donde nosotros somos fuertes. Mientras que las pymes, que pueden decidir asumir la prevención, tienen la posibilidad de solicitar formación para su capacitación, asesoramiento, así como demandar estudios específicos donde no llegan por conocimiento, formación o medios y obviamente siempre, la vigilancia de la salud de sus trabajadores, de la que no pueden responsabilizarse en ningún caso”, explica la administradora única de Prevemont.
Sandoval recuerda que aunque la sociedad que dirige lleva a cabo una actividad obligatoria para las empresas, ésta se ha visto afectada por los numerosos cambios aprobados en la normativa en los últimos años respecto a los límites a aplicar a diferentes sistemas de gestión de la prevención en las empresas y en relación a las exigencias para los servicios de prevención ajenos, “con muy diversas interpretaciones por parte de las comunidades autónomas, lo que va en contra de la tendencia lógica de unidad de mercado. Estas circunstancias dificultan mucho la gestión”.
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