Matarromera ha resultado este miércoles finalista de los Premios Nacionales Industria Conectada 4.0 que concede el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo en un acto que ha estado presidido por el Rey Felipe VI. En nuestro caso, el jurado ha reconocido el esfuerzo de Carlos Moro, su presidente, en favor de la transformación digital y el dinamismo tecnológico de la compañía, capaz de integrar en el sector nuevas tecnologías como el Big Data, Internet de las Cosas o Inteligencia Artificial que favorecen los procesos de elaboración de excelentes vinos a la vez que se promueve la sostenibilidad medioambiental.
Un ejemplo de ello es el proyecto que la empresa ha desarrollado de la mano de Vodafone mediante un proyecto puntero dentro del sector vinícola, que consolida la apuesta de la compañía por una digitalización que permita impulsar su modelo de economía esférica. Durante el año 2020, ambas empresas han implementado una iniciativa tecnológica basada en el Internet de las Cosas en Bodega Emina Ribera, situada en Valbuena de Duero (Valladolid) con el objetivo de mejorar en eficiencia energética, control de costes y prevención de riesgos, al tiempo que le posicionan como una de las firmas vinícolas más sostenibles gracias a esta transformación digital de su modelo de actividad.
Esta tecnología de Internet de las Cosas consiste en instalar sensores conectados a una red en todos aquellos elementos que se quieran controlar y aprovechar toda la información y datos que ofrecen. En este sentido, Vodafone ha desplegado en las instalaciones diferentes soluciones IoT en algunas de las áreas más críticas de Bodega Emina que, a través de sensores, ofrecen información muy precisa y en tiempo real de todo el proceso de fabricación de su vino. De esta forma, todos los datos que se están aportando permiten poder actuar de forma rápida y eficaz en el caso de detectar algún contratiempo o problema relacionado con la producción.
Bodega Emina
Bodega Emina es el primer centro integral de desarrollo sostenible del sector vinícola, además de la primera empresa española con certificación AENOR que mide su huella de carbono, tanto de sus vinos, como de la propia organización. Además de utilizar un sistema de autogestión energética con placas solares, caldera de biomasa y depuradora de agua, desde sus inicios ha adoptado las tecnologías necesarias que hacen el proceso de producción del vino más eficiente y sostenible.
Gracias a esta eficiencia obtenida en los procesos productivos, se impulsa el modelo de economía esférica de la compañía basado en el valor que ésta aporta a la sociedad, y a su apuesta decidida por la sostenibilidad.
“Mi formación como ingeniero agrónomo y la tradición familiar vinícola de cientos de años me han trazado este camino. El objetivo es conciliar este proyecto de transformación digital con el afán de seguir creando los mejores vinos, sin perder de vista la tradición y la ilusión original de embotellar un sueño en armonía con el medio ambiente. Por eso, la eficiencia energética es un tema que nos preocupó desde el primer momento”, asegura Carlos Moro, presidente de Bodega Emina.
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