Resiliencia, una palabra que ha dejado de estar en manos de la psique para introducirse en nuestro día a día, a nivel personal y empresarial. Según la Real Academia Española de la Lengua se trata de “la capacidad de adaptación ante un estado o situación adversos”. Un ejemplo de resiliencia y adaptación es la Seminci, que ha abordado con éxito una 65 edición marcada por una pandemia a nivel mundial.
La Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci) en su más de medio siglo de historia se ha enfrentado a situaciones adversas, sabiendo transformarse para llegar a ser el evento cultural más importante de la comunidad de Castilla y León, según el Observatorio de la Cultura de Fundación Contemporánea, así como una de las muestras de cine de autor más reseñables a nivel internacional. Seminci, que nació como Semana de Cine Religioso de Valladolid, ha vivido no solo un cambio de temática, también de régimen político en el país y rebranding hace algunos años. Lo que nadie se esperaban es que se tuviera que enfrentar a una crisis sanitaria de grandes dimensiones en las que la cultura y la organización de eventos han sido uno de los sectores más damnificados.
Por su parte a Madison, le respaldan más de 27 años creando experiencias en el sector de los eventos, el marketing y la comunicación, con una creciente evolución y especialización que le han permitido sumar a su porfolio de servicios un amplio catálogo de herramientas de marketing digital y eventos virtuales personalizados. El sector de los eventos no puede detener su crecimiento. Debe hacerlo sin perder de vista la creatividad, la evolución tecnológica y, por supuesto, la seguridad. Madison se ha reinventado y prueba de ello es el trabajo realizado colaborando en la organización del festival, como en el resto de los proyectos en los que trabaja.
Con toda esa historia, ambas entidades no se iban a rendir tan fácilmente. Su estrecha coordinación, llevan meses dibujando una estrategia conjunta para hacer frente al nuevo escenario social, ha permitido la viabilidad de esta insólita edición del certamen.
Nuevas herramientas ante un nuevo escenario
Quizá uno de los mayores hándicaps fue ajustar la víspera los horarios de todas las sesiones para cumplir con el toque de queda, reducir los aforos, implementar medidas extraordinarias de limpieza y desinfección, así como un protocolo para asistentes y formación para empleados. Esta reconfiguración para acoplarse al nuevo escenario social no hubiera sido posible sin soluciones digitales como Canal Seminci.
Mediante esta plataforma de difusión se modificaron los actos in situ de presentación y entrevistas. El icónico Salón de los Espejos del Teatro Calderón se transforma en plató, trasladando las jornadas al formato híbrido mediante esta solución virtual. Prensa, espectadores e industria acudieron tanto de manera presencial como telemática consiguiendo que no faltara la interacción entre las partes.
Toda la agenda y programación se pudo ver tanto en directo como online, guardándose un repositorio de contenidos para ser disfrutados a demanda de una forma sencilla, mediante un registro online en la propia plataforma.
Las plataformas en streaming también han hecho su aparición como FilmIn, desde donde también se pudo visualizar parte de Seminci.
Según la crítica, ha sido una de las ediciones con más calidad cinematográfica, con sus 150 películas y 90 estrenos, agotándose incluso las entradas para la Sección Oficial en menos de una hora y con una organización impecable. Pasando por su característica alfombra verde personalidades destacadas como Javier Cámara, María Galiana o los hermanos Nasser.
Se ha sabido transformar una edición atípica en una histórica, demostrando el gran momento que vive el séptimo arte, sobre todo que la cultura es segura y que los eventos son seguros. Pero la magia del cine tiene nombres y apellidos, patrocinadores, instituciones, cinéfilos y más de 100 personas que han trabajado duro durante meses dentro de la organización para que esto sea posible.
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