El 90% de los usuarios frecuentes de tecnologías de videoconferencia calcula que su puesta en práctica supone un ahorro de tiempo cercano a las 2 horas semanales, con ventajas como la reducción de costes y desplazamientos, la mejora del equilibrio entre la vida personal y laboral, el aumento de la productividad e incluso beneficios para el medio ambiente.
Esta percepción difiere de la que tienen quienes no están habituados a estas prácticas: más del 30% opina que no se ahorra tiempo con el uso de esta tecnología y menos del 50% reconoce el incremento de la ventaja competitiva y la mejora de las relaciones laborales.
Disparidad de opiniones
La disparidad de opiniones también se aprecia entre los distintos países, pero en todo caso China es el territorio que más apuesta por implantar sistemas de videoconferencia y telepresencia en el entorno laboral. De hecho, el 56% de los trabajadores del país asiático hace uso de estas herramientas, más del doble que la media de los encuestados en el resto del mundo, según constata un estudio de Techno Trends.
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