En sectores tan maduros como el del transporte de viajeros, adaptarse con agilidad a las cambiantes demandas del mercado es un aspecto fundamental para sobrevivir. Más aún cuando se trata de una empresa centenaria como La Sepulvedana, que en poco más de una década ha diversificado su negocio, ha profesionalizado su equipo y se ha internacionalizado al desembarcar en mercados como Marruecos y Colombia, de donde procede el 60% de sus ventas.
Precisamente, esta estrategia le ha permitido mantener un crecimiento constante en los últimos años hasta alcanzar una facturación de 28 millones de euros en 2014 -que prevé elevar hasta los casi 32 millones al cierre del presente ejercicio-, una plantilla de alrededor de 1.100 trabajadores y una flota de 600 autobuses. Su hoja de ruta para el corto y medio plazo pasa por consolidar Colombia, dar el salto a algún país limítrofe o cercano a éste; sin olvidar España, donde está presente en 4 comunidades autónomas y donde quiere consolidarse como uno de los operadores más importantes.
Diversificación
En la actualidad, esta compañía con sede en Segovia está presente en segmentos como el de las energías renovables, el inmobiliario, la industria agroalimentaria y el vino, entre otros. “Nos hemos atrevido a tocar otras áreas de actividad, pero alrededor de un 40% del negocio de nuestro grupo empresarial lo sigue representando el transporte”, explica Blanca Martín Berrocal, presidenta y consejera delegada de La Sepulvedana.
Sin embargo, el mayor reto al que se ha enfrentado la empresa fue salir al exterior. En 2005, la firma llegó a Marruecos, donde desarrolla actividades de transporte urbano, interurbano y de personal en las provincias de Beni Mellal, Asilah, Chefchaouen, Oujda y Larache, y cuenta con cerca de un centenar de empleos y otros tantos vehículos. “En ese momento contábamos ya con una línea internacional que unía este país africano con Francia a través de España, de la que surgieron oportunidades de negocio en ciudades del norte de Marruecos”, asegura la máxima responsable de este grupo segoviano. En aquel entonces, se buscó establecer sinergias entre este mercado y otros próximos como Argelia o Túnez, que no se materializaron, lo que provocó que se pusiera el foco en Latinoamérica.
El gran hito, llegar a Colombia
Por eso, el gran hito de la compañía fue su llegada a Colombia en 2013, un destino que ofrece unas cifras de crecimiento por encima de la media de los países de su entorno y gran estabilidad política. “En nuestro afán de buscar otros mercados, teniendo en cuenta que en España el sector estaba muy maduro y la expansión era más complicada, nos ponemos manos a la obra para explorar otros entornos como Argentina, Costa Rica y Panamá, y tras una labor intensa, decidimos comprar el 51% de Transportes Loyola, que tiene su sede en Bogotá y opera en cinco de las principales ciudades de este enclave, como son Bogotá, Cali, Medellín, Barranquilla y Manizales”, indica Martín Berrocal, que recuerda que la plantilla en esta zona asciende a 800 personas, “entre las que figuran las personas subcontratadas debido a la forma de operar de ese país”.
Más información en el número de julio de la revista Castilla y León Económica
