Rosa Aguilar, ministra de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino; y Juan Vicente Herrera, presidente de la Junta de Castilla y León, visitaron la planta piloto para la valorización de biomasa forestal puesta en marcha en octubre de 2010 en el Vivero Forestal Central de Valladolid. Estas instalaciones, cuya inversión asciende a 5,2 millones de euros cofinanciados por los gobiernos central y autonómico, tienen una capacidad de producción de 25.000 toneladas anuales de astilla y 12.000 toneladas de pellets por año, lo que equivale a 9.000 toneladas de gasóleo y permite reducir la emisión a la atmósfera de 20.250 toneladas de CO2.
El proceso que se hace en la planta comienza con la clasificación y retriturado del material; secado de la biomasa; refinado y pelletizado; y, por último, almacenamiento y distribución. Además, el centro cuenta con un laboratorio de biocombustibles sólidos, para realizar los análisis de la producción obtenida. La planta se completa con un sistema de calefacción para el conjunto de las instalaciones del Vivero Forestal Central. El sistema tiene 2 calderas de biomasa con una capacidad de suministro superior a los 1.000 Kwh térmicos, equivalente a las necesidades anuales de calefacción de 60 hogares de 90 metros cuadrados.
Energía preventiva
Este proyecto piloto, financiado con fondos I+D+i, puesta por un recurso renovable propio, emplea mano de obra en el medio rural, produce emisiones neutras de CO2, contribuye a la mejora del estado fitosanitario de los bosques, reduce el riesgo de incendios y pone en valor los recursos forestales, destacaron Aguilar y Herrera durante su visita. Además, esta iniciativa responde a la política de prevención de incendios forestales en Castilla y León, al reducir la cuantía de combustible en los montes en que se aplican tratamientos selvícolas y contribuir a la puesta en valor de los montes y permitir que sean fuente de ingresos para sus propietarios.
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