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La estrategia de Milagros Marcos para aumentar la competitividad de la industria agroalimentaria

En 3 años casi se triplican los proyectos de I+D+i, en formación el número de alumnos se dispara de 2.300 a 13.200 y los 112 millones en ayudas generan una inversión inducida de casi 380 millones
Milagros Marcos, consejera de Agricultura y Ganadería.
Milagros Marcos, consejera de Agricultura y Ganadería.

En sus intervenciones públicas para presentar sus numerosos proyectos, Milagros Marcos, consejera de Agricultura y Ganadería, insiste en el gran potencial que tiene la industria agroalimentaria de nuestra comunidad autónoma, ya que un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) de 2017 concluye que en 2050 la población mundial aumentará en 2.600 millones hasta los 9.100 millones.

Ese crecimiento demográfico provocará la necesidad de aumentar la producción de alimentos en un 70%, por lo que aquéllos que estén preparados para abastecer ese gigantesco nuevo mercado se llevarán la mayor parte del pastel.

Calidad

En Castilla y León, la agroindustria tiene la ventaja de su calidad, pero por contra se trata de un sector atomizado y con empresas de pequeña dimensión, lo que dificulta sus procesos de internacionalización, innovación y mejora de productividad.

Así, las pymes con menos de 10 trabajadores representan más del 82% del sector, mientras que sólo 59 empresas (el 0,2% del total) acaparan más de la mitad de la facturación global.

Detectada la oportunidad de negocio y analizadas las debilidades de nuestro sistema productivo agroalimentario, Marcos diseñó un plan estratégico a largo plazo basado en potenciar la formación, la investigación y la información de precios para que “el asistencialismo tradicional de este sector dé paso a una mayor competitividad”. Además, se diseñaron medidas verticales por actividades y nuevas líneas de financiación.

“Queremos sentar las bases estructurales para que las empresas agroalimentarias compitan en los mercados globales y optimizar la cadena de valor entre todos los agentes implicados, como son el productor, la industria y la distribución”, explica la también portavoz de la Junta. 3 años después de la puesta en marcha de esas medidas, los resultados ya son elocuentes.

Formación

En formación, se ha pasado de 2.300 alumnos en 2015 a más de 13.200 en 2018. Además, los centros de FP agrarios que imparten certificados de profesionalidad que antes no existían han triplicado sus estudiantes hasta los 435.

“Hemos consolidado una formación a la carta según la demanda del sector agrícola y la industria agroalimentaria, lo que se traduce en una inserción laboral de casi el 100% en estos alumnos”, resalta Marcos, quien precisa que alguno de esos estudios se ha adaptado al potencial de cada zona, como los módulos sobre la producción de miel o castañas, entre otros.

En este ámbito se han puesto en marcha iniciativas innovadoras como la escuela de verano agroalimentaria Agricool; la Summer Camp como punto de encuentro entre estudiantes y principales directivos y responsables de recursos humanos de empresas agroalimentarias; las Agrobecas para estudios postuniversitarios; y el Erasmus Agrario para facilitar la formación internacional, entre otros.

Investigación

En investigación, donde la Consejería de Agricultura y Ganadería ha duplicado su presupuesto hasta los 14 millones, se ha pasado de 60 a 168 proyectos de I+D+i a la carta según la demanda del sector.

“Hemos cambiado de un sistema cerrado a otro abierto atendiendo las necesidades de la iniciativa privada, con equipos multidisciplinares que abarcan a los productores, la industria y la distribución”, señala Marcos. Así, más de la mitad de estas investigaciones son desarrolladas con equipos de colaboración.

Para potenciar este ámbito tan importante para aumentar la competitividad de la industria agroalimentaria, la citada Consejería ha firmado un convenio de colaboración con los rectores de todas las universidad de Castilla y León y ha quintuplicado los centros de investigación con los que colabora al contar ahora con más de 50, de los que algunos son internacionales, como la Agencia Espacial Europea o con especialistas de Japón y Sudáfrica. De hecho, ya hay 29 investigadores trabajando en proyectos transnacionales.

Los objetivos de la Consejería de Agricultura y Ganadería en las líneas innovadoras en el sector primario, coordinadas desde Itacyl, son producir con menores costes y reducir el impacto medioambiental, por lo que a finales del pasado mes de noviembre se presentó la Estrategia de Bioeconomía.

Respecto al sector agroindustrial, las líneas de I+D+i se centran en aumentar la vida útil de los productos con nuevas técnicas de envasado para facilitar sus exportaciones y reducir los costes por deterioro; desarrollar nuevos alimentos saludables y funcionales para satisfacer los nuevos hábitos de los consumidores; e incorporar tecnologías 4.0.

En cuanto a las medidas para mejorar la información y transparencia de esta actividad, la Consejería de Agricultura y Ganadería ha puesto en marcha en esta legislatura el Observatorio de Precios Agrarios de Castilla y León, que ya abarca cerca de 40 productos.

También se han constituido el Defensor de la Cadena Alimentaria para evitar cláusulas abusivas en los contratos; la Red de Explotaciones y Simulador de Costes; la Junta de Arbitraje y Mediación de los contratos agrarios como alternativa a la vía judicial para los conflictos; y el Protocolo de Colaboración con las cadenas de supermercados con presencia en Castilla y León para mejorar la competitividad de los productores.

Rejuvenecer el campo

Estas iniciativas transversales se complementan con otras medidas verticales, que en el sector primario abarcan, entre otros, el nuevo Plan Estratégico del Cooperativismo de Castilla y León, diseñado en estrecha colaboración con el sector; y los programas para rejuvenecer el campo, que han posibilitado que cada año se incorporen 900 jóvenes, más del doble que en la pasada legislatura, y el acceso de la mujer a esta actividad.

Respecto a la industria agroalimentaria, la Consejería de Agricultura y Ganadería ha potenciado el sello  Tierra de Sabor mediante su segmentación (Gourmet, Social, Saludable, Ecológico y Artesano).

“Hemos pasado de ser una marca conocida a una marca querida como demuestra que en esta legislatura se haya incrementado un 25% el número de empresas acogidas, al superar las 1.000 con más de 6.000 productos. Además, se han incorporado compañías de mayor tamaño líderes en sus sectores y con un enorme prestigio en los mercados”, destaca Marcos.

‘Corazón de España’

Para respaldar la salida a los mercados exteriores del sector agroalimentario, la citada Consejería diseñó Tierra de Sabor Hearth of Spain (Corazón de España), aumentó los contactos en las ferias internacionales, cerró acuerdos de comercialización con grandes cadenas de distribución y apoyó la apertura de una tienda Tierra de Sabor en Irlanda.

“La previsión para este año es batir un récord en las exportaciones de la industria agroalimentaria al sobrepasar los 2.000 millones de euros”, explica Marcos, quien precisa que hasta agosto de 2018 las ventas exteriores del sector crecieron un 12,6% en Castilla y León, frente al estancamiento de las cifras nacionales.

Más información en el número de diciembre de Castilla y León Económica

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