Pocos ejemplos puede haber tan propicios de adaptación a las circunstancias como el de Lácteas Cobreros, la empresa con sede en Castrogonzalo (Zamora) que se constituyó en 1979 como compañía de transporte, que distribuía como operador leche española, principalmente de cabra, por toda Europa. A finales de los años 90, ya con la segunda generación incorporada a este negocio familiar, los hermanos José y Rodrigo Cobreros, ambos administradores y responsables del área Comercial (José) y de Producción (Rodrigo), llegó la gran pregunta: ¿por qué no transformamos la leche que transportamos y comercializamos?
Hoy transforman en producto final 40 millones de litros de leche de cabra al año (acapara más del 75% de su facturación) y 11 millones de litros de leche de oveja, o lo que es lo mismo, elaboran 4.000 toneladas de queso al año, con el rulo de cabra en distintas variedades como absoluto protagonista, del que aseguran fueron pioneros en su fabricación hace 15 años.
En 25 países de los 5 continentes
Cuentan además con una plantilla de 156 empleados y cerrarán 2018 con una cifra de negocio de 54 millones de euros, casi un 60% más que en el ejercicio precedente, gracias al crecimiento de la producción de queso y el aumento de la exportación de leche en polvo a China. La empresa zamorana vende sus 64 referencias en 25 países de los 5 continentes.
Este crecimiento galopante tiene su reflejo en un proyecto de ampliación de sus instalaciones, al que destinarán 7 millones de euros y que permitirá pasar de los 9.000 metros cuadrados actuales a 20.000 metros cuadrados, aparte de incorporar nuevos productos a su gama de referencias y tener una mayor flexibilidad en la producción. “Este proyecto, cuya duración estimada de ejecución es de un año, está enfocado principalmente a la exportación”, afirma Rodrigo.
Alianza con el mayor distribuidor de quesos
A finales de la década de los 90 “empezamos a producir como cuajada láctica la leche que comercializaban”, sostiene José, quien añade que el “empujón definitivo llegó cuando, en el año 2000, Teodoro García, propietario de TGT, el mayor distribuidor de quesos en España, le propuso a mi padre ser socios comerciales. Podríamos aprovechar su red de distribución si elaborábamos productos lácteos de cabra, que TGT a su vez podría incorporar a su catálogo de referencias”.
En el año 2000 se construye una nueva fábrica para la elaboración de rulo de cabra, leche en polvo y cuajada láctica. “Nos hemos ido adaptando a las necesidades del mercado. Con nuestro giro para fabricar producto final controlamos todo el proceso desde la recogida de la leche en las granjas, sin depender de las grandes industrias”, matiza José.
China
Aunque Lácteas Cobreros exporta el 50% de su producción, es innegable que los responsables de la compañía tienen sus ojos puestos en China. “En España somos la empresa número uno en exportación de leche de cabra a este país”, asegura el responsable comercial de la compañía. Valga el ejemplo de su producto leche en polvo de cabra, destinado a alimentación infantil, de cuya producción el 90% se exporta a China. El resto a Australia y Nueva Zelanda.
En Lácteas Cobreros auguran un futuro prometedor a la leche de cabra y sus derivados. “Es una gran desconocida, igual que sus beneficios”, detalla José, al tiempo que se pregunta por qué Castilla y León, la mayor industria láctea de España hablando de vaca, apenas produce leche de cabra. “Sólo en la zona donde nosotros nos encontramos se necesitarían 200 millones de litros al año, lo que se traduciría en miles de puestos de trabajo. Habría que implicar a la industria, repercutir parte del ahorro de transporte al productor (en la actualidad Lácteas Cobreros se abastece de leche de cabra en Andalucía, Levante y Extremadura), suscribir contratos a largo plazo y que también la administración apoyara al caprino”, asegura el ejecutivo.
José hace especial hincapié en la “oportunidad de negocio” que supondría apostar por un producto ecológico. En 2019 quieren lanzar leche de cabra para adultos en parafarmacias “para dar más caché al producto en Europa”.
Más información en el número de agosto de la revista Castilla y León Económica