Los expedientes de los procedimientos ‘preconcursales’ solicitados por Nueva Rumasa para 10 de sus mayores empresas están repartidos por juzgados de 5 comunidades autónomas. En concreto, las comunicaciones de la compañía para acogerse a la Ley Concursal se han presentado ante diferentes instancias de Castilla y León (Elgorriaga, Trapa e Hibramer), Madrid (Clesa y Rayo Vallecano), Andalucía (Dhul, Hotasa y Bodegas Garvey), Extremadura (Carcesa) y Baleares (Queserías Menorquinas).
Según el experto en derecho concursal del bufete Jausas Agustí Bou, en caso de que las empresas entren en concurso de acreedores, la dispersión de los procesos en varias regiones favorecerá a los pequeños acreedores -proveedores, trabajadores- mientras que la acumulación en un sólo juzgado será mejor para las entidades financieras y para lo inversores en pagarés.
En el caso de éstos últimos, el abogado señaló que algunos de estos pagarés pertenecen a una empresa de la familia Ruiz-Mateos, pero están garantizados con activos de otra de sus sociedades, por lo que les beneficiaría que una misma administración concursal y un mismo juez velaran por mantener el patrimonio de la sociedad en insolvencia.
Posibilidades de acumulación de los procesos
Por otro lado, Bou añadió que la propia Nueva Rumasa ha decidido acudir a diferentes juzgados para acogerse al período de negociación previo al concurso, tal y como le permite el artículo 3 de la Ley Concursal, por lo que una posible acumulación la decidirá el juez de la empresa “dominante” o de Madrid, ciudad donde se encuentran las principales oficinas del holding.
Por último, el abogado recordó que Nueva Rumasa “no es un grupo empresarial como tal”, ya que no consolida cuentas anuales y carece de una matriz sobre las demás sociedades, lo que sumado al carácter local de las empresas y a la disparidad de actividades hace que tenga “poco sentido” acumular los procesos.
Deuda con los ganaderos
Por otra parte, hoy se ha conocido que la compañía adeuda entre 6 y 7 millones de euros a más de 500 ganaderos de vacuno por el impago de leche en los últimos 3 meses, informaron fuentes del sector agrario, que destacaron que los proveedores “están pagando” también las consecuencias de la situación económica por la que atraviesa el holding de la familia Ruiz-Mateos.
A esto se suman además otros 200 productores de caprino, que igualmente se han visto afectados por el impago de materia prima por parte de Nueva Rumasa, que compra unos 200 millones de litros de leche al año, a través de Clesa -con sede en Valverde de la Virgen (León)-, Cacaolat y Dhul. “Se trata de leche que está sin pagar o con pagarés devueltos”, explicaron las mismas fuentes, que señalaron que el grupo compra la leche a través de intermediarios, que son los que tienen que afrontar el pago a los ganaderos.
Europa Press / Castilla y León Económica
