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Industrias Maxi pone el foco de la recuperación en la oportunidad de los proyectos que mejoren la productividad de sus clientes

La empresa familiar vallisoletana marca un récord de facturación al superar los 19 millones en 2019, con casi un 20% procedente del mercado internacional
Ángel García, director general de Industrias Maxi.
Ángel García, director general de Industrias Maxi.

Industrias Maxi paralizó momentáneamente su actividad por primera vez en su historia entre el 30 de marzo y el 13 de abril, aun teniendo carga de trabajo suficiente, debido a las paradas de sus principales clientes, algún problema puntual de desabastecimiento con alguno de sus proveedores y para preservar la salud de sus más de 150 trabajadores, ante la falta de equipos de protección individual que proporcionarles frente al Covid-19.

2 meses después, la compañía dedicada al diseño y fabricación de bienes de equipo, que volvió al trabajo, primero con el 50% de la plantilla y en la actualidad con el 90%, se mantiene sin ningún caso positivo de contagio por coronavirus entre su equipo, gracias a las medidas de prevención que se respetan de forma escrupulosa y evolucionan de acuerdo a las directrices marcadas desde Sanidad. Ángel García, director general de esta empresa familiar que en 2019 cumplió medio siglo de historia, explica que el retorno a la actividad se realiza en función de la evolución de los proyectos de sus clientes y señala que hay que “perder el miedo al coronavirus, manteniendo el máximo respeto y precaución, la responsabilidad y extremando las medidas de seguridad. Me refiero sobre todo a lo que afecta al consumo, tanto particular como empresarial. Hay que empujar entre todos para que la economía no se pare, pero harían falta incentivos, hacer que la liquidez fluya, medidas fiscales, reducción de impuestos y una política más común a nivel nacional y europeo, que proteja los intereses de los ciudadanos y de su tejido empresarial y no que cada región o país haga la guerra por su cuenta”.

Carga de trabajo

Industrias Maxi cerró 2019 con otro récord de facturación al superar los 19 millones de euros, con casi un 20% procedente del mercado internacional; y la previsión para 2020 apuntaba a un nuevo máximo, con un objetivo cercano a los 21 millones tras un primer trimestre muy positivo. Pero llegó el parón de marzo, más aún teniendo en cuenta que el 37% de la actividad de esta compañía está directamente vinculada a los fabricantes de automóviles y el resto está diversificada en diferentes sectores industriales. El director general de Industrias Maxi detalla que a corto plazo, “disponemos de carga de trabajo para mantener el ritmo, pero tenemos la vista en el futuro con esperanza y precaución ya que existe una alta petición de ofertas para el medio y el largo plazo, sobre todo relacionadas con las mejoras de la producción y la optimización de procesos de clientes. Esto quiere decir que las empresas se están preparando para la desescalada y ésta sólo se puede hacer fomentando la confianza de las empresas y de los consumidores”.

García señala que aún es pronto para valorar qué va a ocurrir en su sector y que el futuro es una incógnita, si bien reconoce que dentro de su actividad “al menos hasta final de año no creo que repunte de forma importante la economía, aunque nosotros llevamos un ritmo diferente de las empresas de fabricación de componentes o productos directos que nos permite ver la situación de manera diferente al poder trabajar con nuestros clientes en su búsqueda de optimizar y reducir costes en sus procesos y medios de fabricación, por lo que es un momento de oportunidad”. Asimismo, el ejecutivo considera que esa recuperación dependerá, en buena medida, de la industria automovilística europea.

“Es evidente que la pandemia y la paralización de muchos sectores hará que las previsiones iniciales sean más difíciles de cumplir, pero estamos muy diversificados y eso nos da un plus a la hora de hacer frente a esta situación tan complicada que está viviendo la sociedad en general y a escala global. La evolución de la economía será el resultado de la generación de confianza que se produzca en todo el mundo. No debemos perder la velocidad del resto de los países europeos y quedarnos descolgados, sería un suicidio nacional”, apunta el principal ejecutivo de Industrias Maxi. Como de todas las crisis se extraen enseñanzas y aspectos positivos, esta coyuntura permitirá a la empresa familiar vallisoletana explorar nuevos mercados.

Reconversión

García indica haber echado en falta una reconversión de la actividad de la industria española, al menos de forma momentánea, para contribuir a paliar la penosa situación vivida. “Seguimos dependiendo de terceros países para hacer frente a los grandes problemas de suministro generados por la pandemia, cuando tenemos grandes empresas que somos capaces de poder adaptarnos y colaborar en la fabricación de los bienes y elementos necesarios para ayudar a combatirla. No se han tenido apenas en cuenta y se tendría que haber promovido más a nivel institucional de una manera coordinada entre las distintas administraciones. No sabemos si habrá o no un nuevo brote, pero es cuestión de tiempo que surja otra amenaza y debemos estar preparados como sociedad y como país. En ello, las empresas somos las primeras interesadas en que terminen cuanto antes y al menor coste humano y económico”, puntualiza.

Más información en el número de junio de Castilla y León Económica

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