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Expense Reduction Analysts ofrece a las empresas agroalimentarias nuevos sistemas de simulación para reducir costes

Ajustar los departamentos de calidad a los volúmenes de producción “es clave”, según esta compañía
El sector agroalimentario es el tercero más importante en España después del tur
El sector agroalimentario es el tercero más importante en España después del turismo y la automoción, ya que aporta el 9% del PIB.

Expense Reduction Analysts ha desarrollado recientemente nuevos sistemas de simulación del proceso industrial que permiten tomar decisiones con antelación y de una forma “más rápida”, lo que contribuye a una reducción sustancial de los costes, al obtener una mayor producción que aprueba los estándares de calidad, según informó la compañía de optimización de costes este lunes.

Para su aplicación, se examinan primero las características particulares de cada empresa. Este estudio valora la situación general de la compañía mediante el análisis de su contabilidad y el riesgo de pérdida de producción que está dispuesta a asumir y cómo implanta el sistema de calidad de su producto. El objetivo es conocer cuál es su nivel de pérdida y sus causas, para así adaptar el análisis de calidad al volumen de su producción y ayudar a reducir los costes por mermas. Al final del proceso, las empresas consiguen una mejora del coste de la no-calidad, así como una implantación eficiente de métodos de gestión de su sistema de calidad y un mayor conocimiento de su funcionamiento interno.

Inversión óptima

“Las empresas que hacen una inversión óptima en su sistema de Gestión de Calidad contribuyen a minimizar los gravosos costes que puede llegar a provocar la pérdida de parte de su producción debido a la no-calidad”, explica José Juan Rodríguez Jerez, profesor de Nutrición Humana y Ciencia de los Alimentos en la Facultad de Veterinaria de la Universidad Autónoma de Barcelona, referente europeo y experto en Aseguramiento de Calidad y Seguridad Alimentaria.

Para Rodríguez Jerez, la raíz de los fallos en el sistema de calidad está en la gran cantidad de elementos a gestionar, junto con la adecuación de los recursos utilizados. Partiendo de las especificaciones definidas para cada alimento, se deben observar meticulosamente los siguientes aspectos: número de muestras y métodos de análisis en el Laboratorio de Control de Calidad; cumplimiento de la normativa, certificaciones de calidad (normas ISO, BRC o IFS) y verificación de la idoneidad de los proveedores, entre otros.

El trabajo pormenorizado en estas áreas impacta en la minimización de las pérdidas de la no-calidad y, sobre todo, en evitar riesgos de seguridad alimentaria y sus consecuencias para la salud pública, agrega Rodríguez Jerez.

Al existir una correlación entre la inversión en calidad y la minimización de la pérdida de producción, “una empresa que logra reducir su merma en un 30% puede aumentar de forma exponencial su beneficio neto”, añade Miguel Ángel Álvarez, consultor del área de Gestión de costes de la Calidad y la No-Calidad de Expense Reduction Analysts.

El sector agroalimentario es el tercero más importante en España después del turismo y la automoción, ya que aporta el 9% del PIB. Los beneficios de esta industria representan entre el 2% y el 3% de su facturación.

Castilla y León Económica

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