Tras casi 2 años como presidente de la Confederación Castellano-Leonesa de la Construcción (CCLC), Javier Vega hace un balance “inexorablemente unido a la evolución seguida por el propio sector de la construcción, que, después de un largo período de crisis iniciado en 2007, camina hacia una lenta pero constante recuperación. Ello nos hace pensar que en un período no muy lejano, se alcanzará una cuota de actividad que, sin llegar a la de los años del boom inmobiliario, pueda llevar a la construcción y la promoción a ocupar un lugar predominante dentro de la maltrecha economía nacional”, sostiene.
Los últimos datos de empresas del sector apuntan a un censo de 8.187 sociedades en 2016, prácticamente la mitad que en 2007, cuando esta cifra alcanzaba los 15.917 negocios. El descenso en el número de trabajadores ha sido aún más acusado en la última década, al pasar de 102.149 en 2007 a los 27.743 empleados de 2016, un 72,84% menos.
Retos
En cuanto a los retos, además de defender los intereses del sector, Vega cita el de “colaborar en la recuperación de las empresas que han logrado subsistir y aún atraviesan una situación complicada, así como incrementar el número de sociedades que intervienen en la actividad promotora de viviendas y en la de construcción. Esta recuperación pasa indefectiblemente por disponer de unos trabajadores con la formación suficiente y adecuada a los nuevos tiempos que corren, en los que las técnicas constructivas están sufriendo avances imparables. Por ello, desde CCLC vamos a impulsar, en colaboración con la Fundación Laboral de la Construcción, todas aquellas acciones formativas que consideremos de interés para la mejora de la capacitación de los profesionales del sector”.
Mercado inmobiliario
Los problemas a los que se enfrenta el sector en Castilla y León, a juicio de Vega, son que la actividad promotora de viviendas “no ha tenido aún el despegue que pudiera considerarse como satisfactorio; mientras que la actividad puramente constructiva no se ha revitalizado, fundamentalmente por falta de inversión pública. Otro problema es la existencia en la región de un buen número de viviendas sin vender, debido en buena medida a la negativa influencia de las entidades financieras propietarias de parte de ese stock para los promotores privados, puesto que su manera de actuar con esa viviendas distorsiona el mercado”.
Desde la CCLC se continúa trabajando en la iniciativa que desarrolla desde 2006 para reducir la siniestralidad laboral existente en las obras de construcción. Por otra parte, Vega asegura que nos encontramos “ante un momento en el que la rehabilitación edificatoria y la regeneración y renovación urbanas se han convertido en la tabla de salvación de muchas empresas. Por ello, vamos a tratar de incidir en que las administraciones competentes hagan cumplir la normativa vigente al efecto, algo que incidiría en la creación de numerosos puestos de trabajo y en la oportunidad de formación de profesionales en una actividad específica como es la rehabilitación de edificios”.
CCLC está aglutinada por las asociaciones empresariales más representativas del sector de las 9 provincias de la comunidad autónoma, además de la Cámara de Contratistas de Castilla y León, lo que implica que agrupa la representación empresarial más cualificada dentro de nuestro ámbito territorial.
Desde la Confederación se promueve que las empresas pertenezcan a las asociaciones provinciales para que, “con su integración, se consiga la mayor y más adecuada representatividad de las empresas en el sector para la necesaria defensa de sus intereses, así como para hacer valer sus propuestas y velar siempre por el interés general del sector y el particular de los intervinientes en la actividad promotora y edificatoria”, afirma Vega.
Más información en el número de marzo de Castilla y León Económica
