Alberto Saavedra, presidente del Liceo de Innovación de Salamanca, asegura que la reciente creación de su Escuela Pública de Innovación sirve para la mejora continua de las empresas. “El gran problema de muchas empresas es que como sucede con los delfines, pasan toda su vida en el mismo agua. Nosotros en la Escuela de Innovación les ayudamos a subirse al iceberg, les despertamos la imaginación para que puedan ver más allá y puedan tener pensamientos más diversos que desemboquen en nuevas ideas, proyectos o servicios”, apunta Saavedra.
Según el presidente del Liceo de Innovación, a sus alumnos les hace observar “su entorno para encontrar las mejores posibilidades y les proponemos buenas prácticas para desarrollar e invertir cada día en una cultura de innovación intraempresa”.
Asimismo, en la Escuela de Innovación “reinterpretamos la innovación y la convertimos en un proceso de aprendizaje invisible que proyecte lo mejor del profesional hacia su entorno. Nuestra función es dinamizar las actitudes de los alumnos para desarrollar su perfil innovador con el fin de que sean ellos mismos los promotores del cambio proactivo en su organización y les posibilitamos las herramientas que les ayuden a vencer sus propias resistencias y salir de su zona de confort”.
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